2) P erspectivas
locales y federales sobre la inseguridad
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solución pasa por apoyar las policías munici-
pales y estatales. Esto, además de presupuesto,
necesita voluntad política de la Federación para
presionar a los gobiernos locales.
Reducción de la impunidad, el
imperativo
Para hacer una persecución efectiva de los
delitos y dar condiciones para la seguridad
es imperativo reducir la impunidad, es decir,
la cantidad de actos delictivos que no tienen
consecuencias. Actualmente la tasa de impu-
nidad del país es de las peores del mundo.
Hay un sinnúmero de mediciones que nos
dejan claro que en México el castigo por
cometer un delito es la excepción, no la regla.
Por ejemplo, el homicidio tiene una tasa de
impunidad nacional del 85% y hay estados
donde alcanza el 99%.
Antes del 2000, la procuración de justicia ven-
día protección a delincuentes dentro y fuera
del gobierno. La función de la Procuraduría
de Justica estatal o federal, no era perseguir
todos los delitos y lograr que los delincuentes
pagaran por sus actos, su función era de repre-
sión social y política. También en la procuración
de justicia la mayoría de los delitos deben ser
perseguidos a nivel estatal y municipal, no a
nivel federal, hoy los estados han abdicado la
función de procurar justicia a la Federación.
Para lograr una procuración de justicia efec-
tiva no solo es importante desligar la fiscalía
de la política, es decir, tener fiscales autó-
nomos que no puedan ser removidos por
el Poder Ejecutivo, sino que es necesario
repensar el funcionamiento operativo de
las fiscalías. Las fiscalías han servido a los
intereses de los gobiernos locales y fede-
rales, su éxito no está en la persecución
efectiva de los delitos, ni en la reducción de
la incidencia delictiva, sino en qué tan bien
quedaban con los políticos, por lo que su
organización funcional no estaba diseñada
para la resolución de casos.
Hay una gran cantidad de políticas y proce-
dimientos que deben cambiar dentro de las
fiscalías locales y federales para que estas
instituciones funcionen adecuadamente,
empezando por los incentivos laborales,
y revisando hasta las cargas de trabajo.
Además, se tienen que reevaluar las facul-
tades y competencias de los fiscales, de
la policía judicial, de los peritos, y de los
servicios forenses. Se debe elaborar una
política de persecución penal adecuada para
cada localidad, pues el fenómeno delictivo
no es homogéneo en el país. Por ejemplo,
los homicidios en una ciudad pueden ser
ocasionados por una guerra entre bandas
por territorio, mientras que en otra pueden
ser ocasionados por un rito de iniciación a
una pandilla, las políticas de persecución y