BRUJULA CIUDADANA Fin a la corrupción. el gran desafío | Page 24
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presentó fue Oaxaca, donde 11 de cada
100 afectados denunciaron. No obstante,
existen también casos como el de los es-
tados de Baja California o Yucatán, donde
ni siquiera uno de cada 100 afectados se
presenta a interponer denuncias por casos
de corrupción (ENCIG 2017).
Según los datos de la ENCIG 2017, entre
los estados con población de 18 años y más
que sufrieron algún acto de corrupción y que
no denunciaron, destacan -por mencionar
los primeros diez lugares-, Baja California,
Tabasco, Jalisco, Chiapas, Nayarit, Durango,
Baja California Sur, Chihuahua, Veracruz y
Sonora. Lo más revelador tiene que ver, no
obstante, con los motivos por los cuales
no denunciamos corrupción. En el párrafo
siguiente lo mostramos.
La ENCIG 2017 describe la población ma-
yor de edad que fue víctima de algún acto
de corrupción y que no denunció ante la
autoridad. Las razones que muestra son
preocupantes, por decir lo menos: más
del 26 por ciento dice que no denuncia
por considerarlo inútil, que “no le darían
seguimiento”; un 20 por ciento señala que
no lo hace por “ser una pérdida de tiempo”
y más del 15 por ciento, porque con ello
“obtuvo un beneficio”. El 14 por ciento afir-
ma no denunciar “por ser una práctica muy
común”; en tanto que el diez porciento no
lo hace por “falta de tiempo”. Finalmente,
“por miedo a represalias” existe un seis por
ciento, en tanto que un cinco por ciento no
denuncia “porque no sabe ante quien de-
nunciar”. Dos por ciento no denunció “Por
otros motivos”, mientras el uno por ciento
restante no lo hace “porque dio dinero o
regalos” (ENCIG 2017).
Desatención a las recomendaciones
Como hemos observado, el Sistema Nacio-
nal Anticorrupción tiene en la actuación de
los Comités de Participación Ciudadana su
más cara apuesta a favor de la gobernanza;
no obstante, ésta se ve comprometida por
la escasa denuncia de actos de corrupción.
Sin denuncia, podemos afirmar, el sistema
puede no ponerse en operación.
Otro factor, que atenta igualmente contra
esta posibilidad de control ciudadano del
Sistema, es la falta de voluntad política y la
incapacidad que demuestre el sistema mis-
mo para efectuar los ajustes convenientes
a su eficacia y eficiencia. Al finalizar explica-
remos cómo esto se relaciona directamente
con la inteligencia institucional del SNA.
No podemos negar que, en la actualidad,
los Comités de Participación Ciudadana son
blanco de una cruda crítica a nivel nacional.