BRUJULA CIUDADANA El TLC más allá de las mesas de renegociación | Page 39
2. U n TLCAN
bajo la égida de
T rump
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hacia México no viene sólo del lado del proteccionismo, sino también
por la migración ilegal, la inseguridad y la corrupción en la vida pública
del país. Ello explica la insistencia de Trump por negociar un incremento
en los salarios mexicanos para evitar una “competencia desleal” con las
industrias estadounidenses, en donde los salarios son, como se sabe,
mucho más altos.
Similar a lo que ocurre con el déficit comercial, la brecha
salarial no puede ser resuelta por decreto ya que es re-
sultado de los niveles distintos de desarrollo en que se
encuentran las economías mexicana y estadounidense.
Pero así como mandatar la reducción del desequilibrio
comercial huele a proteccionismo declarado, mandatar
la reducción de la brecha salarial huele a una mayor
criminalización de la migración con todas sus muestras
materiales y simbólicas, como la construcción de muros
y la estigmatización de la población latina de origen
mexicano en territorio estadounidense.
En la segunda ronda de negociaciones la de-
legación estadounidense sometió una pro-
puesta laboral similar a la que ya se había
pactado en el Acuerdo Trans-Pacífico, pero
que el presidente Trump decidió no ratificar.
En ella se reconocen los derechos básicos
de los trabajadores reconocidos por la Or-
ganización Internacional del Trabajo, como
el derecho a huelga y el de la contratación
colectiva. Semejantes principios podrían sin
duda mejorar las condiciones de trabajo que
prevalecen sobre todo en la industria maqui-
ladora mexicana, en donde la “flexibilidad
laboral” ha mermado las condiciones y cali-
dad de vida de los trabajadores. Sin embargo,
de acuerdo a la lógica de la renegociación
comercial, dichos principios podrán ser pro-
tegidos sólo en la medida en que la violación
de los derechos laborales se traduzca en
mercancías que compitan “deslealmente” con
los productos estadounidenses. Es decir, la
violación laboral se condena en la medida en