BRUJULA CIUDADANA El PND 2019-2024 y el federalismo | Page 48
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emprendedora y una constructiva relación
entre el gobierno y la sociedad.
Todas estas actividades pueden ser promo-
vidas y estimuladas en el nivel local. Incluso
municipios pequeños pueden actuar aso-
ciados entre sí para estimular el desarrollo
económico de los espacios regionales a los
que pertenecen. Pero no todos lo hacen.
No porque no sea posible, sino porque los
gobernantes tienen otros intereses y el dise-
ño institucional no favorece este propósito.
El financiamiento municipal es uno de los
principales instrumentos para promover el
desarrollo y los esquemas de financiamiento
no están diseñados para este propósito, ya
que su estructura es centralista y centrali-
zadora, donde las potestades tributarias y
los recursos son altamente concentrados y
las decisiones se toman desde el centro y el
municipio es solamente operador de estas;
lo que ha provocado, entre otras conse-
cuencias, el incremento de las desigualdades
entre municipios, al resultar favorecidas las
entidades federativas y los municipios con
mayor desarrollo económico relativo.
Las fórmulas y los montos de la distribución
de las participaciones favorecen a municipio
urbanos y condenan a comunidades rurales;
las limitadas potestades tributarias apuestan
por la dependencia y la subordinación eco-
nómica y política.
La calidad del gasto es muy deficiente y orien-
ta a inversiones con alto impacto electoral
(principal o mayoritariamente vialidades para
automóviles) y bajo impacto en el bienestar
integral y creación de oportunidades de desa-
rrollo (educación salud, recreación, empleo).
¿Cómo se financian los municipios?
En términos generales y de acuerdo a las leyes mexicanas, los municipios
cuentan con las siguientes fuentes de financiamiento:
a) Los ingresos propios, como son los impuestos (p.e. a la propiedad inmobi-
liaria –predial-); los derechos (p.e. el cobro de agua, permisos, licencias,
autorizaciones, etc.); productos (p.e. arrendamiento de espacios en
los mercados y la autorización para ocupar sitios en la vía pública, los
cementerios, el rastro municipal, la realización de actividades recreacio-
nales, como bailes y kermeses, etc.) y, finalmente, los aprovechamientos
(multas, recargos, gastos de cobranza).