BRUJULA CIUDADANA El PND 2019-2024 y el federalismo | Page 41

2) E l federalismo y el nuevo régimen político 39 no habían gozado desde la segunda década del siglo XX. control de los alcaldes y de las instituciones locales de educación superior. El empoderamiento de los gobernado- res condujo a una exigencia creciente de transferencias de recursos desde la fede- ración a los estados, pero sin que estos asumieran responsabilidades específicas en la generación de recursos propios. Los gobernadores ejercieron una especie de rentismo fiscal, en el cual ellos no con- tribuían a la recaudación y, por tanto, no pagaban el costo político de cobrar im- puestos, pero, en cambio, sí recibían pro- porciones crecientes de los recursos públi- cos, que además podían usar con absoluta discrecionalidad. En efecto, no existieron nunca mecanismos eficaces para obligar a los gobernadores a rendir cuentas del uso de los fondos federales trasferidos. La Auditoría Superior de la Federación rindió cientos de informes que ameritaban la pre- sentación de denuncias penales por parte de la Procuraduría General de la República en contra de gobernadores estatales y sus funcionarios, pero nunca procedieron por decisión política presidencial. Para colmo, los gobiernos estatales fueron designados como canal de distribución de las transfe- rencias y subsidios del gobierno federal a los gobiernos municipales y a las univer- sidades públicas estatales, dándole así a los gobernadores un excelente medio de La transición a la democracia electoral en el año 2000 a escala nacional produjo así un sistema político caracterizado por la combinación de un gobierno federal so- metido a relativos controles democráticos por el Congreso y las instituciones autóno- mas, con gobiernos estatales autoritarios, empoderados por la descentralización del gasto, que no tuvieron controles demo- cráticos locales efectivos debido a que los gobernadores mantuvieron su control sobre el congreso local, el poder judicial y las instituciones autónomas. En suma, un gobierno relativamente democrático a nivel nacional con gobiernos autoritarios a nivel subnacional, creando un régimen híbrido. Este modelo, ampliamente estudiado por Gibson (2013), trae como consecuencia la preservación de un orden político territo- rial marcadamente autoritario. El caso de Veracruz ha sido paradigmático al respecto (Olvera, 2018). Lo que aconteció en Veracruz y otros esta- dos del país en este ciclo histórico es que los gobernadores y sus equipos cercanos se apoderan en forma privada de la renta es- tatal con el fin de garantizar la reproducción de su grupo político y la mayor influencia del mismo en la política nacional. En este