BRUJULA CIUDADANA El PND 2019-2024 y el federalismo | Page 40

Brújula Ciudadana 108 38 Poco a poco, nuevos temas han atraído la atención pública hacia aspectos sustantivos del desarrollo de un Estado de Derecho. Uno de ellos es la cuestión fiscal y sus re- laciones con el federalismo. No obstante, la llegada al poder de AMLO y de More- na parecen traer de regreso el tema del presidencialismo y los déficits del régimen democrático mexicano. El pacto fiscal de la transición y la falta de rendición de cuentas El dinero es poder, en la economía y en la política. Por tanto, los pactos fiscales ilustran los cambios en las correlaciones de fuerzas entre los tres niveles de gobierno, entre es- tos y los empresarios, entre los gobiernos y la ciudadanía, y entre todos los actores y el gobierno federal. En nuestro país, el régimen autoritario del PRI se fundó en la centraliza- ción del poder en el gobierno federal y, por tanto, en la presidencia de la República. Las tendencias centralizadoras implicaron que los gobiernos estatales fueran dejados con esca- sos presupuestos y disminuidas capacidades administrativas y de ejecución de políticas públicas. Los municipios carecieron incluso de una personalidad legal hasta que sucesi- vas reformas constitucionales, concluidas en 1999, le dieron un verdadero estatuto de autonomía como nivel de gobierno. A pesar de dos décadas de democratización electoral y de discursos favorecedores de la descentralización y el fortalecimiento del federalismo, México sigue siendo un país alta- mente centralizado en materia fiscal. Como es de conocimiento general, el sector público mexicano tiene una tasa bajísima de penetra- ción fiscal, es decir, cobra muy pocos impues- tos, especialmente en los niveles municipal y estatal. Como consecuencia, los gobiernos subnacionales funcionan básicamente gracias a las transferencias que les hace el gobierno federal bajo fórmulas pactadas en el perio- do de transición, las cuales ciertamente han llevado una mayor cantidad de recursos a gobiernos locales. La alternancia en la presidencia, logro mayor de la democratización mexicana, propició en un primer momento un gran diálogo nacional al interior de la clase política para repensar el pacto fiscal. Convenciones ha- cendarias, conferencias nacionales de go- bernadores y negociaciones en el Congreso condujeron a cambios en los criterios de asignación de las partidas presupuestales, mas no a un verdadero federalismo fiscal. El resultado fue paradójico, pues la democra- tización trajo consigo la fragmentación del poder, ya que, de una parte, el presidente de la República dejó de ser el eje articula- dor de la política nacional y, de otro, los gobernadores adquirieron un poder el cual