BRUJULA CIUDADANA El PND 2019-2024 y el federalismo | Página 12

Brújula Ciudadana 108 10 La segunda consideración consiste en que la falta de continuidad va de la mano con la prevalencia de los criterios de corto plazo, los intereses partidistas y de grupo y sin re- ferencia a las prioridades de un proyecto de largo plazo. De esta manera, en la práctica, la formulación del PND y los planes secto- riales que de él emanan se ha convertido en un ritual vacío, en un mero trámite formal incapaz de orientar estratégicamente las ac- ciones de gobierno. Y lo mismo ocurre con los demás ámbitos de la planeación, tales como la elaboración de los presupuestos que, lejos de reflejar las prioridades nacionales, dan cuenta de las diferentes capacidades de presión política de los actores involucrados. Ciertamente, esta insistencia en las priori- dades de largo plazo no equivale a desco- nocer la importancia de los problemas del corto plazo. Una de las características más notorias de la cultura contemporánea es el agotamiento de las utopías. Más pragmático, el comportamiento político de la ciudadanía tiende a privilegiar las consideraciones en torno a los resultados frente a los postulados ideológicos. Sin embargo, una consecuencia del derrumbe de las utopías es el acorta- miento del “horizonte de espera”, es decir, la renuencia ciudadana a aceptar privaciones en el presente en aras de supuestos beneficios futuros. Esta situación no solo plantea a los gobiernos la exigencia de resultados rápidos; también define una condición de viabilidad político-social para cualquier apuesta de largo plazo: esta debe rendir frutos más o menos inmediatos y, sobre esta base, proyectarse al logro de los objetivos sustantivos del de- sarrollo a largo plazo. El desarrollo del país necesaria- mente transita por la definición y la instrumentación de políticas de Estado portadoras de futuro y garantes de continuidad en las reglas a que deben atenerse los actores públicos y privados. Se trata de trascender los vaivenes coyunturales de la vida política y ofrecer certidumbres a largo plazo en lugar de la permanente reinvención de la nación. Estas políticas de Estado deben enten- derse como un conjunto de obje- tivos, prioridades y lineamientos estratégicos que, al responder a objetivos nacionales convenidos por las diversas fuerzas y actores políticos, económicos y sociales logran trascender los intereses inmediatos de los partidos polí- ticos y de los grupos de interés.