BRUJULA CIUDADANA Ciudadanía activa y enérgica | Page 9

1) L a difícil ruta hacia el empoderamiento ciudadano 7 el Estado y la población. Las pocas que lo hacen responden a una demanda surgida del propio Estado que prefirió subrogar servicios a terceros para evitar asumirlos directamente por no tener las capacidades, el conocimien- to, ni suficientes recursos para prestarlos. Fue el caso de los proyectos en materia de prevención social de las violencias en la ad- ministración de Enrique Peña Nieto o bien, los albergues para poblaciones migrantes, los refugios para mujeres y familias sujetas de violencia doméstica, o las estancias infantiles del IMSS para bajar costos. También es cierto que fundaciones de filan- tropía empresarial fueron objeto de grandes transferencias de recursos del Estado como el Teletón, el proyecto de Coros y Orquestas juveniles del Grupo Azteca o el de La Ciudad de las Ideas. Las transferencias de recursos públicos realizadas individualmente hacia esas organizaciones que superan los 500 millones de pesos a cada una, se comparan con los escasos 208 millones de pesos del Fondo de Coinversión Social distribuido en 2018 por INDESOL a menos de 1000 pequeñas organizaciones civiles. Estas se encuentran entre los miles de organizaciones distribuidas en todo el territorio nacional que ofrecen servicios de albergue, alimentación, asesoría jurídica y sicológica, actividades recreativas, culturales y deportivas, educación y capaci- tación a niños, niñas, adolescentes y jóvenes, mujeres, personas mayores, con discapacidad o adictas, población LGTBI, poblaciones en si- tuación de calle, pueblos originarios o brindan acompañamiento y apoyo a miles de víctimas de las violencias. Son las organizaciones que desaparecerán con las medidas adoptadas por el actual gobierno. Sus actividades nunca podrán ser suplidas con servicios del Estado porque tienen un alto contenido de entrega, trabajo voluntario y experiencia acumulada dirigida hacia poblaciones históricamente ex- cluidas y discriminadas. En los últimos años han surgido varias organizaciones con gran protagonismo que utilizan nuevas herramientas y metodologías esencialmente cuantitativas, dada su capacidad económica para atraer jóvenes con posgrados del exterior y que si bien, hacen incidencia en políticas públicas, también ofrecen servicios de consultoría y reciben apoyo económico de empresarios e incluso, de instituciones del Estado.