BRUJULA CIUDADANA Ciudadanía activa y enérgica | Seite 25

1) L a difícil ruta hacia el empoderamiento ciudadano 23 cracia participativa. La idea es empoderar al ciudadano y de colocarlo en el centro mismo de la vida nacional. No se trata de que la llamada democracia participativa sustituya a la democracia re- presentativa, sino de que la complemente y contribuya a su fortalecimiento en la inteli- gencia de que la ciudadanía es la razón de ser y, al mismo tiempo, el fundamento más sólido de la democracia. El problema es que a la democracia mexicana le hace falta un mayor músculo ciudadano. Y este músculo requiere de un marco legal e institucional idóneo para ejercitarse. En este contexto, resultan particularmente relevantes de las reformas políticas y electo- rales surgidas del Pacto por México. Gracias a ellas, en la Constitución están reconocidas diversas prácticas asociadas con la demo- cracia participativa. Destacan principalmente la iniciativa ciudadana y la consulta popular. Asimismo, en estos momentos, en la agenda de pendientes del Congreso de la Unión la cuestión de la revocación del mandato ocupa un lugar central. La participación de la ciudadanía en la toma de decisiones sobre los asuntos públicos debe estar sujeta a reglas precisas. Las diversas modalidades formales de participación ciuda- dana representan valiosas oportunidades de empoderamiento y, por tanto, deben conver- tirse en vehículos que favorezcan una mayor vinculación de las decisiones de los represen- tantes con los intereses y necesidades de los representados. Sin embargo, al mismo tiempo, conllevan riesgos significativos. Lecciones de experiencias recientes de participación A este respecto, puede ser útil contrastar las experiencias recientes en materia de par- ticipación ciudadana. Por un lado, a partir de una amplia movilización de organizacio- nes de la sociedad civil, academia y medios de comunicación, entre otros, se visibilizó la necesidad de avanzar en la elaboración y aprobación de las leyes secundarias del Sistema Nacional Anticorrupción. Con base en las reglas establecidas para presentar al Congreso una iniciativa ciudadana en esta materia, se rebasó con creces el umbral es- tablecido por la ley para que la propuesta de leyes secundarias surgida de la sociedad civil fuese tomada en cuenta y contribuyese a destrabar el proceso legislativo del Sistema Nacional Anticorrupción. Por otro lado, los partidos políticos intentaron promover consultas populares referentes a temas clave de sus propias agendas (reforma energética, salario mínimo y reducción de