BRUJULA CIUDADANA Ciudadanía activa y enérgica | Seite 25
1) L a
difícil ruta hacia el empoderamiento ciudadano
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cracia participativa. La idea es empoderar al
ciudadano y de colocarlo en el centro mismo
de la vida nacional.
No se trata de que la llamada democracia
participativa sustituya a la democracia re-
presentativa, sino de que la complemente y
contribuya a su fortalecimiento en la inteli-
gencia de que la ciudadanía es la razón de
ser y, al mismo tiempo, el fundamento más
sólido de la democracia. El problema es que
a la democracia mexicana le hace falta un
mayor músculo ciudadano. Y este músculo
requiere de un marco legal e institucional
idóneo para ejercitarse.
En este contexto, resultan particularmente
relevantes de las reformas políticas y electo-
rales surgidas del Pacto por México. Gracias
a ellas, en la Constitución están reconocidas
diversas prácticas asociadas con la demo-
cracia participativa. Destacan principalmente
la iniciativa ciudadana y la consulta popular.
Asimismo, en estos momentos, en la agenda
de pendientes del Congreso de la Unión la
cuestión de la revocación del mandato ocupa
un lugar central.
La participación de la ciudadanía en la toma
de decisiones sobre los asuntos públicos debe
estar sujeta a reglas precisas. Las diversas
modalidades formales de participación ciuda-
dana representan valiosas oportunidades de
empoderamiento y, por tanto, deben conver-
tirse en vehículos que favorezcan una mayor
vinculación de las decisiones de los represen-
tantes con los intereses y necesidades de los
representados. Sin embargo, al mismo tiempo,
conllevan riesgos significativos.
Lecciones de experiencias recientes
de participación
A este respecto, puede ser útil contrastar las
experiencias recientes en materia de par-
ticipación ciudadana. Por un lado, a partir
de una amplia movilización de organizacio-
nes de la sociedad civil, academia y medios
de comunicación, entre otros, se visibilizó
la necesidad de avanzar en la elaboración
y aprobación de las leyes secundarias del
Sistema Nacional Anticorrupción. Con base
en las reglas establecidas para presentar al
Congreso una iniciativa ciudadana en esta
materia, se rebasó con creces el umbral es-
tablecido por la ley para que la propuesta
de leyes secundarias surgida de la sociedad
civil fuese tomada en cuenta y contribuyese
a destrabar el proceso legislativo del Sistema
Nacional Anticorrupción.
Por otro lado, los partidos políticos intentaron
promover consultas populares referentes a
temas clave de sus propias agendas (reforma
energética, salario mínimo y reducción de