Referencias:
•Campo, R., Granados, L. F., Muñoz, L., Rodríguez, M. S. & Trujillo, S. (2012). Caracterización del avance teórico, investigativo y/o de intervención en resiliencia desde el ámbito de las universidades en Colombia. Universitas Psychologica, 11(2), 545-557.
•Cyrulik, B., Tomkiewicz, S., Guénard, T., Vanistendael, S., Manciaux, M., (2004). El realismo de la esperanza: testimonio de experiencias profesionales en torno a la resiliencia. Barcelona: Gedisa.
•Gaxiola, J. y Frías M. (2007). Los factores protectores y la adaptabilidad al abuso infantil: un estudio con madres mexicanas. Revista Mexicana de Psicología. Número especial: Memorias del XV Congreso Mexicano de Psicología, 222-223.
•González-Arratia L.F. y Valdez-Medina, J.L. (2005). Resiliencia en niños y niñas. Memorias del III Congreso Mexicano de Relaciones Personales. Acapulco, Gro., México.
•Luthar, S., Cicchetti, D. & Becker, B. (2000). The construct of resilience: A critical evaluation and guidelines for future work. Child Development, 71 (3), 543-562.
•Palomar, J. & Gómez, N. (2010). Desarrollo de una Escala de Medición de la Resiliencia con Mexicanos (RESI–M). Interdisciplinaria, 27(1), 7–22.
•Rutter, M. (2007). Resilience, competence and coping. Child Abuse & Neglect, 3, 205-209.
•Uriarte, J. (2006). Construir la resiliencia en la escuela. Revista de Psicodidáctica, 11(1), 7-23.
En el contexto educativo, la resiliencia juega un papel importante, ya que en éste, el individuo mide sus propias fuerzas frente a diferentes retos y demandas, no sólo de tipo académico sino psicosocial, sorteando situaciones exigentes que lo llevan a confrontarse a sí mismo para poder entender mejor su potencial y capacidades para fortalecerse, aprender y responder con eficacia, conservando su salud mental y la confianza en su potencial y habilidades.
El proceso de aprendizaje implica resistir adecuadamente ritmos y exigencias de adaptación y respuestas de todo tipo, además de la capacidad de autorregularse para responder en la medida adecuada sin caer en situaciones de exacerbación o alteración emocional, como indefensión, apatía, depresión y ansiedad (distrés psicológico).
Finalmente, para favorecer la resiliencia en el contexto educativo, se destaca la enseñanza individualizada y personalizada, la cual reconoce a cada alumno como un ser especial, valioso, con cualidades que resaltan los aspectos positivos que posee y lo exhorta a potencializarlos para tener mejores resultados académicos. Estas cualidades, no siempre son innatas, pueden aprenderse y/o desarrollarse, tales como la autoestima, la convivencia positiva, asertividad, altruismo, flexibilidad, creatividad, autocontrol emocional, confianza en sí mismo, autoeficacia, iniciativa, sentido del humor, moralidad, entre otras (Uriarte, 2006).
Finalmente, para favorecer la resiliencia en el contexto educativo, se destaca la enseñanza individualizada y personalizada, la cual reconoce a cada alumno como un ser especial, valioso, con cualidades que resaltan los aspectos positivos que posee y lo exhorta a potencializarlos para tener mejores resultados académicos. Estas cualidades, no siempre son innatas, pueden aprenderse y/o desarrollarse, tales como la autoestima, la convivencia positiva, asertividad, altruismo, flexibilidad, creatividad, autocontrol emocional, confianza en sí mismo, autoeficacia, iniciativa, sentido del humor, moralidad, entre otras (Uriarte, 2006).
de todo tipo, además de la capacidad de autorregularse para responder en la medida adecuada sin caer en situaciones de exacerbación o alteración emocional, como indefensión, apatía, depresión y ansiedad (distrés psicológico).
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