Boletín SUAyED NOVIEMBRE | Page 32

Un verdadero

reto

Carlos Mejía Orendain

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Hola, mi nombre es Carlos Mejía Orendain,

para mí este es un sueño que se convirtió

en realidad, mis colores son el azul y oro,

mi lema “Por mi Raza Hablará el espíritu”.

Me siento muy orgulloso de pertenecer a esta noble institución, crisol de grandes personas humanas y científicas.

Quiero compartirles que al ingresar al SUAYED me encontré con 2 problemas, que probablemente para ustedes no lo represente como tal, sin embargo, para mí fue un verdadero reto.

El primero de ellos fue mi desorganización ya que este sistema requiere de mucha disciplina y autocontrol, por lo que es primordial considerar este factor de riesgo ya que puede desanimar a continuar con los estudios e inclusive a desertar, sin embargo lo que hice, fue pensar en cuántas personas han quedado afuera y que no han podido obtener la oportunidad que he tenido de ser PUMA.

Y el segundo es, que soy un inmigrante digital, es decir yo tuve que aprender a utilizar los dispositivos electrónicos digitales como son los teléfonos celulares, computadoras y programas informáticos en mi etapa adulta, a diferencia de los nativos digitales (antes decían que los niños traían la torta bajo el brazo y ahora que traen el celular integrado).

Afortunadamente la UNAM, contempla esos detalles y en el curso propedéutico aprendí a organizarme, administrar mi tiempo y a utilizar la plataforma virtual y todos los sistemas y programas auxiliares para realizar mis actividades cotidianas durante mi carrera.

Por ello puedo decir que las cosas que valen la pena no son fáciles, por lo que estar en la UNAM y en el sistema SUAYED, conllevan una gran responsabilidad y un gran esfuerzo personal, sin embargo, la recompensa vale la pena, el gritar la porra de la UNAM me pone la piel chinita, el reunirme con algunos compañeros locales y foráneos en los encuentros estudiantiles, o tan solo para convivir un rato, tomar café e intercambiar experiencias y anécdotas, son parte de la vida en el SUAYED.

Las noches de desvelo, las tazas de café cargado, el conocer e interactuar simultáneamente con personas de diferentes lugares geográficos, el compartir y recibir retroalimentación, el conocer diferentes puntos de vista, dejan experiencias con valor incalculable.