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Hay cristianos que dudan celebrar la Reforma Protestante. Unos señalan las divisiones, guerras, y fragmentaciones que surgieron en la Iglesia a partir de la Reforma, con sus secuelas aún hoy. Y sí, eso es lamentable. En cada evento humano siempre está el factor del pecado. Sin embargo, al pesar la balanza, sostenemos que la Reforma Protestante ha sido el avivamiento más grande de la historia de la Iglesia desde Pentecostés. Si eres cristiano, creo que harías bien en celebrar la Reforma, ¡por lo menos en el corazón!
Aquí te damos seis razones para celebrar la Reforma:
¿Los nombres Cipriano de Valera y Casiodoro de Reina te suenan familiares? Son los traductores de la Biblia Reina-Valera, que es la versión más leída en todas las iglesias hispanas. Aunque, como dice David Sills, la Reforma nunca cruzó los Pirineos de manera significativa, también es verdad que hubo pocos pero grandes reformadores españoles, como Valera y Reina, que se dieron a la tarea de proveer una traducción magistral al castellano. Si esta mañana has leído tu Biblia en español, dale gracias a Dios por la Reforma.
Antes de la Reforma, los clérigos lo tenían prohibido. Roma enseñaba —y aún enseña— que el celibato es el estado civil más santo, y por lo tanto lo requiere de sus sacerdotes, monjas, y monjes. Lutero, tras leer la Biblia detenidamente, escribió: “No existe nada en la Escritura que requiera el celibato. De hecho, la Biblia quiere que la gente ‘se fructifique y multiplique‘“. Lutero no solo abogó por la abolición del celibato para los clérigos, sino que ayudó a una monja a escaparse de un convento y se casó con ella para probar su punto. ¡Bendito Lutero!