Boletin #1, movilizaciones Oct. 2014 | Page 72

72 movilizaciones modos convencionales de trabajo pedagógico y accionar político. Esto es, experiencias que apuestan por la formación crítica de ciudadanos en una perspectiva democrática, que asumen postura frente al acceso a la cultura, al conocimiento, a la ciencia y la tecnología, todo lo anterior orientado hacia un proyecto de sociedad que se resista a la ética y política capitalista y dirija las acciones emancipadoras hacia la dignidad de la condición humana. Estas experiencias muestran un fuerte componente de colectivización, toda vez que los proyectos educativos al trascender el atomismo del aula como único escenario pedagógico, proponen la acción colectiva, que se entiende como apuesta institucional, comunitaria, regional. En esta acción colectiva se vinculan las comunidades, por tanto se ven como el sustrato para la configuración de nuevas formas del movimiento pedagógico en sus diferentes expresiones, a través de propuestas alternativas a la práctica inercial, sin sentido político y acríticas de la pedagogía convencional, también frente a las disposiciones de la política educativa sectorial y nacional. Estas acciones colectivas, que se nombran como ‘pedagogías de la resistencia’, están basadas en la táctica como ‘forma de resistencia’, resistencia que De Certeau conceptúa como una acción que Obra poco a poco. Aprovecha las “ocasiones” y depende de ellas, sin base donde acumular los beneficios, aumentar lo propio y prever las salidas. No guarda lo que gana. Este no lugar le permite, sin duda, la movilidad, pero con una docilidad respecto a los azares del tiempo, para tomar al vuelo las posibilidades que ofrece el instante. Necesita utilizar, vigilante, las fallas que las coyunturas particulares abren en la vigilancia del poder propietario. Caza furtivamente. Crea sorpresas. Le resulta posible estar allí donde no se le espera. Es astuta. En suma, la táctica es un arte del débil (Certeau, 2000, pp. 40). Para ello, la línea de observación adelanta prácticas de investigación social de segundo orden, en las cuales la perspectiva reflexiva resulta central ineludible. En ella se reconocen los actores de la observación, que a la vez son sujetos de la misma; de igual forma, el valor de prácticas simbólicas en la interlocución con ellos. Este ejercicio investigativo otorga un alto valor a la interpretación (primera Boletín del Observatorio de Acciones Colectivas por la Educación y la Pedagogía en Colombia - OACEP