Bitácora Educativa portafolio | Page 25

o los equilibrios internos cada vez que se produce un cambio en uno de sus elementos. Es decir, frente a las perturbaciones que se producen a partir del medio, el sistema nervioso opera como una red cerrada que permite recuperar el equilibrio entre sus componentes, o sea, mantener constantes las relaciones entre elementos sensores y motores que son transitoriamente perturbadas por estímulos provenientes desde afuera. Esta clausura operacional no impide que el sistema nervioso sea, de todas maneras, un sistema en permanente cambio estructural. Pero es un cambio interno que se produce como efecto de las presiones del medio; éste a su vez obliga al ser vivo a cambiar internamente para adaptarse a cualquier cambio producido en dicho medio. Esto es, justamente, lo que le da plasticidad al sistema nervioso. Esta es la clave para entender las diferencias entre conductas aprendidas e innatas. Son innatas aquellas conductas que se especifican con independencia de la historia de interacciones entre el ser vivo y su medio. Y son aprendidas aquellas que se dan sólo como producto de la historia de determinadas interacciones. En pocas palabras, el sistema nervioso participa en el proceso de aprendizaje de dos maneras complementarias. En primer lugar, a través de la ampliación del dominio de estados posibles del organismo que surge de la tremenda diversidad de configuraciones senso-motoras que el sistema nervioso permite. En segundo lugar, abriendo para el organismo nuevas dimensiones de acoplamiento estructural con el medio, al hacer posible en el organismo la asociación de una diversidad de estados internos con la diversidad de interacciones que éste puede establecer. Cuando un organismo vivo se da un sistema nervioso tan rico y vasto como el del Hombre, sus dominios de interacción permiten la generación de nuevos fenómenos al permitir nuevas dimensiones de acoplamiento estructural. Esto es lo que da lugar al lenguaje y a la autoconciencia en el ser humano. Y son, justamente, el lenguaje y la capacidad de autoconciencia lo que hace del aprendizaje humano un fenómeno diferente al que se da en los otros seres vivos. Sintetizando, vimos que un ser vivo se conserva como unidad bajo continuas perturbaciones del medio y de su propio operar. El sistema nervioso genera una dinámica conductual a través de relaciones de actividad neuronal interna en su clausura operacional. Es decir, el sistema vivo, a todo nivel, está organizado de manera tal que genera regularidades internas. En el dominio del acoplamiento social y la comunicación se produce el mismo fenómeno, sólo que la coherencia y estabilización de la sociedad se producirá mediante los mecanismos hechos posibles por el operar lingüístico y su ampliación en el lenguaje. Esta nueva 6 dimensión de coherencia operacional es lo que experimentamos como conciencia y como “nuestra” mente. Es así que la aparición del lenguaje en el hombre -y el contexto social en que aparece- genera el inédito fenómeno de lo mental y de la conciencia de sí como la experiencia más íntima de lo humano. Sin el desarrollo histórico de las estructuras adecuadas, no es posible entrar en este dominio humano. A la inversa, como fenómeno en la red de acoplamiento social y lingüístico, lo mental no es algo que esté dentro de mi cráneo, no es un fluido de mi cerebro. La conciencia y lo mental pertenecen al dominio de acoplamiento social y es allí donde se da su dinámica: es la red de interacciones lingüísticas la que nos hace lo que somos. La estructura obliga. Los humanos como humanos somos inseparables de la trama de acoplamientos estructurales tejida por las acciones lingüísticas permanentes. El lenguaje no fue inventado por un sujeto solo en la aprehensión de un mundo externo, por lo tanto no puede ser usado como herramienta para revelar dicho mundo. Por el contrario, es dentro del lenguaje mismo que el acto del aprendizaje se da, poniendo al alcance nuestro el mundo en el cual actuamos y del cual formamos parte. No es que el lenguaje nos permita decir lo que somos, somos en el lenguaje. Nos encontramos a nosotros mismos en el acoplamiento lingüístico mutuo, no como el origen de una referencia ni en referencia a un origen, sino como un modo de continua transformación en el devenir del mundo lingüístico que construimos -y aprendemos- con los otros seres humanos. De toda esta larga explicación, hay elementos del proceso de aprendizaje que quedan claros. • En primer lugar, hay aprendizaje cuando hay un cambio en la estructura interna del 25