4.No te saltes ninguna comida: Si
lo haces a menudo con la finalidad
de “compensar un extra”, deja de
hacerlo o sino tu cuerpo reaccionará
y se va a defender. ¿Cómo? Tendrás
más hambre en las siguientes horas
o incluso en el día siguiente y
esto te hará comer más o picar. El
hambre se acumula, por lo tanto,
saltarse comidas puede provocar el
objetivo contrario de lo que buscas.
5.Basa
tu
alimentación
en
alimentos
saludables
como
pescado blanco, pescado azul
(mínimo 1 día a la semana),
fruta (2-3 piezas al día), verdura,
legumbres,
cereales
integrales.
6.Limita las grasas de tu dieta.
Controla la cantidad de aceite de
oliva (utilizado en crudo y para
cocinar) a 2-3 cucharadas soperas al
día. Sobre todo, limita el consumo
de alimentos que te aporten grasas
no saludables (embutidos, carnes
procesadas o ahumadas, quesos
light…). No menosprecies las grasas
procedentes de los alimentos light
(pueden llegar a ser de un 30%).
En su lugar puedes utilizar grasas
saludables como el aceite de oliva que
te comentaba, aguacate, frutos secos,
pescado azul… Deja la carne roja
para 1 día a la semana y elige carnes
magras como el pollo o el pavo.
7.Evita los alimentos procesados,
envasados: como las patatas chips,
snacks, galletas… En su lugar puedes
hacer crudités de apio y zanahoria
con hummus, brochetas de tomate
cherry con queso fresco, boquerones,
pepinillos o frutos secos (siempre
y cuando no estén fritos ni salados
y sea en pequeñas cantidades).
8.Bebe 1’5 litros de agua diarios y
evita alcohol, refrescos y zumos.
La hidratación debes realizarla
básicamente con agua. Evita la
bebidas azucaradas, refrescos, zumos
envasados y alcohol, que no dejan
de ser un gran aporte de calorías y
azúcares. Ocasionalmente podrías
consumir un refresco light, pero
hay otras opciones más saludables,
como un té frío, agua con gas…
9.Organízate en la compra: Tener la
nevera y la despensa llena de alimentos
sanos es clave para poder llevar a
cabo una alimentación saludable.
Planifica tus menús semanales y haz
la compra en consecuencia. Esto te
ayudará a disminuir la improvisación
y así evitar elecciones no deseadas.
10.Utiliza cocciones sencillas y
saludables: Las cocciones más
adecuadas a utilizar son: a la
plancha o parrilla, horno, en
su jugo, microondas, hervido,
salteado, rehogado o al papillote.
Evita fritos y rebozados. Para darle
sabor a tus platos, utiliza especias:
tomillo, orégano, pimientas, nuez
moscada, cominos, etc. Y también
ajo, cebolla, limón, perejil, mostaza,
vinagre. Modera el consumo de sal.
11.Descansa/Duerme lo necesario:
Según National Sleep Foundation
(NSF), se recomienda a los adultos de
26 a 64 años tener un rango de sueño
recomendado: De 7 a 9 horas. Dormir
menos de lo recomendado dificulta
la pérdida de peso, ya que aumenta
el decaimiento y los picoteos.
12.Practica ejercicio físico: No sólo
es importante que tengas una vida
activa: evitar el coche, los ascensores,
las escaleras mecánicas y el sofá.
Mejor sube las escaleras a pie. ¡Y a
parte encuentra el deporte que te
hace disfrutar! Puedes ir en bici,
caminar, gimnasio… El ejercicio
te ayuda a perder grasa corporal, a
mejorar tu forma física y tu salud.
Si lo puedes practicar al aire libre
mucho mejor, así también aprovechas
el contacto del sol con la piel y
aumentas tu síntesis de vitamina D.
Toma conciencia de tus rutinas, no
creas que debes de seguir comiendo
ciertos alimentos porque siempre han
estado presentes en tu alimentación,
rutina, hábitos, costumbres… si
ahora eres conscientes de lo que
pueden suponer para tu salud, puedes
tomar decisiones en consecuencia.
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