¡BASTA YA! COLOMBIA: MEMORIAS DE GUERRA Y DIGNIDAD | Page 163

INFORME GENERAL Centro Nacional de Memoria Histórica
litarmente más fuerte( el Bloque Oriental) y el poder social fundado en los apoyos de las colonizaciones armadas que habían propiciado desde antaño y de los campesinos cocaleros, cuya economía regulaban.
Todo este despliegue guerrillero se refleja en un crecimiento militar y una expansión territorial que llevó a las farc a pasar de tener 48 frentes y 5.800 combatientes en 1991, a 62 frentes y 28.000 combatientes en 2002, con una presencia en 622 municipios, equivalentes a un 60 % del total de municipios del país. 145
Las farc combinaron los golpes militares a la Fuerza Pública con acciones de asedio asfixiante sobre las élites regionales a través de secuestros, asaltos a sus propiedades, pillaje y extorsiones. A esto sumaron las acciones de sabotaje mediante el ataque a la infraestructura eléctrica y vial, el bloqueo y la restricción a la movilidad por el territorio nacional con retenes ilegales, y la expulsión del Estado de regiones y localidades, atacando los puestos de Policía en las cabeceras municipales, conminando a las autoridades civiles a que renunciaran, y obstruyendo elecciones locales y regionales a partir de 1997.
El eln, por su parte, aunque no consiguió una dinámica militar de la envergadura de las farc, fue capaz de sostener hostilidades en varios departamentos, con ataques a la Fuerza Pública, asaltos a estaciones de Policía, tomas de algunas poblaciones, hostigamientos y sabotajes. Sus actuaciones se registraron principalmente en el Catatumbo, sur de Bolívar, Arauca, oriente de Antioquia, Nariño y Cauca. Producto de ello, en el año 2000, y como gesto para ambientar la reanudación de los diálogos de paz con el Gobierno nacional, este grupo liberó unilateralmente a más de cuarenta integrantes de la Fuerza Pública y los organismos de seguridad que tenía retenidos.
La búsqueda de una salida negociada estuvo virtualmente paralizada. Mientras tanto se dieron importantes transformaciones de las dinámicas territoriales del conflicto armado y su relación en el ámbito político y so-
145. Aguilera, Las farc. cial en dos escenarios regionales principales: en primer lugar, la intensificación de la disputa económica, militar y política del Urabá antioqueño y el traslado de la confrontación al bajo y medio Atrato; y en segundo lugar, las movilizaciones de los campesinos cocaleros en el suroriente del país en 1995 y 1996, que expresarían la interdependencia que se había alcanzado entre el conflicto y los problemas sociales y económicos derivados de las regiones que basaban su economía en las diferentes etapas de la economía de la coca: cultivo, producción y comercialización. 146
2.3.3. Los paramilitares se afincan en el norte, las farc en el sur
A mediados de 1997, la confrontación armada pasó de ser una suma de disputas locales y regionales a una lucha por la definición estratégica a escala nacional de la geopolítica del conflicto armado. La conformación de corredores estratégicos de grandes dimensiones, además de haber intensificado el conflicto, posibilitó una mayor conexión y contigüidad espacial entre las regiones afectadas.
Así, se configuró un escenario de guerra en la zona norte y noroccidental del país relacionado con el avance paramilitar, desde la subregión del eje bananero en el Urabá hacia el bajo y medio Atrato, pero también hacia el norte con toda la costa caribe.
En principio la ola de violencia de Urabá era producto de la disputa por el control del territorio entre las farc y el epl, junto con sus respectivas bases sociales. La entrada de los desmovilizados del epl a la vida política y electoral, organizados en el movimiento político Esperanza, Paz y Libertad, fue considerada por las farc como un alineamiento de ese grupo con el Estado. Tal polarización se incrementó con la aparición de los comandos populares, compuestos por desmovilizados del epl, y con la incorporación de algunos de sus excombatientes al Departamento Administrativo
146. Véanse: Teófilo Vásquez,“ El problema agrario, la economía cocalera y el conflicto armado”, Controversia 192( 2009), 121-162; Teófilo Vásquez, Andrés Vargas y Jorge Restrepo, Una vieja guerra en un nuevo contexto( Bogotá: Odecofi-cinep / Universidad Javeriana, 2011).
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