INFORME GENERAL Centro Nacional de Memoria Histórica
gara a miembros de las Fuerzas Militares involucrados en violaciones de Derechos Humanos y narcotráfico. A esto se sumó la creación de la Consejería de Seguridad Nacional, para darle mayor injerencia al poder civil en la planeación de las estrategias de orden público. 125
Mientras se consolidaba esta integración institucional con las Fuerzas Militares, el poder judicial se acomodó dentro del Estado, pues la nueva Constitución Política de 1991 le dio un sello garantista a la justicia y le dio a la Corte Constitucional la potestad de ser salvaguarda de los derechos.
El influjo internacional fue esencial para potenciar el impacto político de la nueva constitución sobre el desarrollo de la guerra de aquí en adelante, pues como ya se indicó, la guerra fría llega a su fin en este periodo con la caída del Muro de Berlín en 1989 y el derrumbamiento de la Unión Soviética en 1992. Aunado a esto, el logro de un acuerdo de paz con varios de los grupos armados y el colapso de los referentes internacionales que por tanto tiempo alimentaron a los actores armados y permearon a la sociedad volvió incomprensible el conflicto armado para el país urbano y dificultó profundamente la comunicación de las FARC con la sociedad desde un discurso comunista que ya se había refundido entre los referentes internacionales. Esa incomprensión se reforzó con el espíritu de la nueva carta que deslegitimaba la lucha armada. Es por eso que cuando las FARC logran la urbanización de la guerra tropiezan con el rechazo del país urbano.
Otro de los factores que incidió en la distensión de este periodo fue la expectativa de paz con las guerrillas que habían quedado por fuera de la Asamblea Constituyente. Así, el Gobierno de Gaviria tuvo diálogos en Caracas, Venezuela, y en Tlaxcala, México, con el eln, las farc y la disidencia del epl, entre 1991 y 1992. Posturas rígidas de unos y otros impidieron el entendimiento entre las partes y el logro de un acuerdo. Era difícil ofrecer algo más que la nueva Constitución de 1991 a los que seguían en armas.
125. Dávila, El juego del poder. 164.
El marginamiento de la Asamblea Nacional Constituyente se desprendió de las desconfianzas profundamente arraigadas en las FARC sobre la ausencia de garantías para la oposición política con el exterminio aún en desarrollo contra la Unión Patriótica, pero también por su pretensión de trascender los cambios políticos e introducir las reformas sociales y económicas que removieran las invocadas razones para el surgimiento y evolución del conflicto armado. En esa pretensión exigían una representación política dentro de la Asamblea Nacional Constituyente acordada con el gobierno nacional y no condicionada a los resultados electorales, para asegurarse con ello la introducción de las reformas estructurales que reclamaban para el país. La marginación de la Asamblea Nacional Constituyente no fue un hecho irrelevante para las farc. De hecho se incorporó a su memorial de agravios contra el Estado luego de que las Fuerzas Militares atacaran casa Verde, sede del Secretariado de las farc, el 9 de diciembre de 1990, el día en que se llevaban a cabo las elecciones para la conformación de la Constituyente. Es por ello que cuando el gobierno Pastrana y las farc iniciaron el proceso de paz en 1999, uno de los reclamos más recurrentes en la mesa de diálogos por parte de Manuel Marulanda Vélez se sintetizaba en la siguiente expresión:“ Ustedes no nos deben dos gallinas, nos deben una Constituyente” 126.
Ante el fracaso de los diálogos de paz, estas guerrillas se enfocaron en ocupar los territorios dejados por las guerrillas desmovilizadas y se reacomodaron estratégicamente para proseguir la confrontación. 127 En el primer caso, las farc y la disidencia del epl protagonizaron el capítulo más sangriento del periodo en la región de Urabá. 128 En el segundo, las farc reajustaron su plan estratégico en la VIII Conferencia de 1993. En esta se dieron tres ajustes fundamentales, cuyo análisis permite entender la posterior trayectoria de esa organización. En primer lugar,
126. Revista Semana.“ Los puntos de la agenda”. 1 de septiembre del 2012, consultado el 22 de junio del 2013, http:// www. semana. com / nacion / articulo / los-puntosagenda / 263987-3 127. Camilo Echandía, El conflicto armado y las manifestaciones de violencia en las regiones de Colombia. 49. 128. Véase: Andrés Fernando Suárez, Identidades políticas y exterminio recíproco. Masacre y guerra en Urabá 1991-2001( Medellín: La Carreta, 2007).
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