Automóviles y Caminos 2009 | Page 97

El lejano oriente invade En cuanto a la presencia de las marcas no tradicionales, ni estadounidenses ni europeas, las del Lejano Oriente, en Venezuela, los hermanos de apellido Bilbao, de origen cubano, establecen conversaciones con Toyota, iniciando así hacia finales de los años 50, la distribución de esos vehículos en Caracas [Bello Monte]. La escasa experiencia en la rama automotriz los llevó a vender la franquicia a los empresarios Carlos Siso Paván y Alfredo Behrens, quienes suscriben convenio con la firma Toyota Motor Company de Japón, para continuar la importación y distribución en Venezuela de los modelos Toyota Land Cruiser FJ-40 techo de lona. Para tal propósito, el 1 de diciembre de 1957 fue fundada la empresa Tocars. En 1963, por decreto presidencial, se prohibe la importación de vehículos, lo que obliga a Tocars a contratar los servicios de la empresa Ensamblaje Superior ubicada en la Avenida Sucre de Catia, Caracas, para ensamblar los vehículos FJ-40 techo de lona y FJ-45 pick-up, bajo la supervisión directa de Tocars, convirtiéndose así en la primera planta de ensamblaje Toyota en ultramar. De los años cuarenta En 1940 el parque automotriz mundial se distribuía: América del Sur: 2.309.100 automotores, Estados Unidos 30.294.000, Europa 9.436.293, Asia 1.200.000, Africa 692.000 para totalizar 44.629.000 unidades en circulación, cifra aumentada a 68.695.200 a finales de 1951, siendo entonces la distribución: América del Sur: 4.320.321, Estados Unidos 84.057.000, Europa 12.255.000, Asia 1.191.000, Oceanía 1.831.000, Africa 1.191.633. La Inspectoría General de Tránsito dispuso en 1952 el rayado de la vialidad. También, que los taxis llevaran como distintivo cuadritos amarillos y negros pintados a todo el alrededor de la carrocería, medida controvertida aunque contribuiría a ofrecer mayor confianza a los usuarios de carros libres. En cuanto a la señalización vial, no todo el mundo lo justificó a pesar de que acabaría con una plaza O?leary [El Silencio] verdadero laberinto a falta de indicaciones por donde circular ordenadamente. Venezuela era en 1951, el tercer importador latinoamericano de camiones. 4.565 unidades fueron embarcadas en puertos norteamericanos hacia nuestro país contra 16.000 despachos hacia Argentina y 14.220 para Brasil. La Creole Petroleum Corporation producía en Venezuela 814.073 barriles diarios, Royal Dutch Shell de Venezuela 571.000 y Mene Grande Oil Company 258.000, para totalizar 1.911.692 b/d de crudo. En occidente éramos la gran potencia productora y exportadora de crudo. Cauchos General, con planta de fabricación en Chacao instalada en 1948, disponía de capacidad para suplir 600 mil neumáticos al año. El primer control de altura de carga instalado en el país fue situado en la alcabala de Mamera, a la salida de Antímano, para evitar que excedieran los 3.50 metros. José Yoris, Julio Pacheco Ramella y Rafael E. Fuentes, autoridades de tránsito de la época, asistieron a la puesta en servicio del sistema llamado Gabarito. Aquel mismo año 1951, el gobierno destinó 30 millones de bolívares para las obras de la avenida Bolívar de Caracas y la prensa se hacía eco del ritmo acelerado que llevaba la construcción de la autopista Caracas-La Guaira, valorada en 31 millones de dólares [3.35 bolívares por dólar]. Escribió Rafael Seijas Cook -el arquitecto poeta-, a propósito de lo que para el momento aún era el trazado y obras inconclusas en varios tramos de la autopista Caracas-La Guaira: «El ojo del avión otea en una enorme cicatriz del Ávila, latigazo de Catia a Maiquetía. Saltos de gacela, sus audaces viaductos esqueléticos, nervados, radiografía viva del esfuerzo, cargas y resistencias sustanciadas por el novísimo sistema de concreto armado». 97