Automóviles y Caminos 2009 | Page 41

Lagunillas 1958. Ford ranchera debajo de El Pulpo (1962). cultura y ganadería, pero el tramo central lo cubría una vasta floresta inexplorada. Habían dejado de último el tramo central, el de la selva virgen. La casa de los fieros barís. Era preciso planificar muy bien esa etapa porque una vez entrados en la tupida flora de árboles de más de 60 metros, no dispondrían de más recurso que el que llevaran consigo... y su espíritu aventurero. Los barí, que no conocían la sal, se engolosinaron con las latas de sardinas. Les encantó, sobre todo, el aceite salado. Historias como la que ha contado Vicentelli hay muchas, pues así se fue construyendo un país moderno! » Peripecias a través de paria Hace apenas 45 años las cosas seguían siendo difíciles para llegar a Güiria, refiere el mismo José Teriús en una crónica especial inserta en la página Web que dirige. De allí extraemos el texto que si bien refiere las peripecias inevitables de un viaje para cruzar la península de Paria, no difiere de lo que sucedía en otras regiones de Venezuela, de la Venezuela que en 1936 se incorpora al siglo XX. Cuenta Teriús: «Con sus 92 años, mi papá, Juan Orestes, ha tenido el privilegio de ver muchísimos cambios importantes habidos en Venezuela. Cuando él estudiaba bachillerato en Carúpano, era imposible desplazarse en automóvil entre Carúpano y Güiria, sólo llegaban hasta Río Caribe; de ahí en adelante el trayecto hasta Güiria era a caballo, en lo cual oriente era diferente a la zona andina donde utilizaban mucho las mulas. Entonces, papá salía del colegio en las camionetas de traslado que iban a Río Caribe, donde empezaba el viaje a caballo que, por supuesto, lo completaba en varias jornadas. En la primera llegaban a Yaguaraparo, en la segunda a Irapa y a la tercera, por fin, Güiria. La verdad es que jornada es el 41