Después de Pérez Jiménez
Puente sobre el lago de Maracaibo abierto al tráfico en 1962.
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Los dos primeros quinquenios
democráticos [1959-1969] después de
la caída de la dictadura en 1958, dejó transitables unos 40 mil kilómetros
de carreteras de todo tipo, elevándose al año 2008 a 100 mil kilómetros
la red de vialidad pública en toda la
República.
Rómulo Betancourt [1959-1964],
recorrió el país por caminos pavimentados o asfaltados, cruzó en 1962 el
lago de Maracaibo mediante el puente de ocho kilómetros de extensión.
Este cruce vial del lago de Maracaibo
es de los puentes más espectaculares
a escala mundial; sus tramos centrales
de 235 metros de luz lo llevaron en
1962 a ser el puente de concreto postensado más largo del planeta. También, el MOP abrió al tránsito el primer
puente sobre el Apure entre Guayabal
y San Fernando.
El ingeniero Antonio Vicentelli
recreó hace poco, durante una conversación con la periodista Milagros Socorro, de El Nacional, aspectos
relevantes de una de las tantas aperturas de caminos claves para interconectar a nuestro país. A la edad de 86
años, Vicentelli recuerda, tal como lo
presenta la periodista: «En 1961, el
Ministerio de Obras Públicas encomendó a Urbisa, la compañía fundada
por Vincentelli con otros ingenieros
venezolanos, el estudio de la carretera
Machiques-La Fría, en los estados Zulia y Táchira. Al iniciar el estudio, en
la zona había fincas agrícolas y ganaderas. El resto era una inmensa selva
que se extendía por el oeste hasta la
Sierra de Perijá, por el este hasta el
lago de Maracaibo y, más al sur, hasta
el río Zulia. Con el propósito de conocer lo más minuciosamente posible la
topografía del lugar donde serpentearía la carretera, Vincentelli contrató a
Boris Kaminski, un croata que al llegar a Venezuela había creado una empresa copiadora de planos y a quien
después le había dado por la aviación
y se había comprado una avioneta monomotor con fuselaje de tela, que bautizó El Espíritu de Canaima. Era un
avioncito de vuelo lento y bajo al que
se le podía remover los asientos para
dar mayor amplitud al pasajero
Y eso fue lo que hizo Vincentelli al
iniciar las que serían miles de horas de
vuelo: quitó los asientos y se hizo una
especie de oficina en los aires, donde
extendía los planos para constatar en el
terreno lo que ponía en los documentos.
En el paño verde de la selva, lo único
que destacaba y les permitía orientarse,
eran los ríos. En ese recorrido vieron las
construcciones indígena barí. Unas 15
entre el Catatumbo y el Aricuaizá; la
mayoría lejos del lugar donde discurriría
la carretera. Pero un día divisan desde
el cielo un bohío emplazado muy cerca
del lugar donde tendrían que establecer
un campamento de trabajo. En sus indagaciones sacaron en claro que en Machiques y sus alrededores se temía
mucho a los barí, porque habían flechado algunos audaces que se internaron
en sus tierras. Se sabía que en una incursión a una zona de haciendas cercanas a Machiques, no sólo mataron
gente y robaron, sino que secuestraron
a un muchachito de pocos años del que
no se había vuelto a saber.
Era necesario garantizarse la buena voluntad de aquellos indígenas. Y
lo primero que hicieron fue sobrevolar
varias veces la vivienda vegetal para
lanzarles regalos [comida, machetes,
ropa]. Después de hacer eso varias veces y suponer que habían adelantado
en la misión de granjearse las simpatías de los lugareños, descendieron
hasta el bohío en helicóptero. Iban ??)?????????????????????????????)???????????????????????????????????????????????????????????)????????????????)??????????????????????5???????1?????????????????????????)??????????????????????????)?????????1??????????????????)???????????????????????????????((0