El 29 de agosto probaron el vehículo por las angostas calles de la población carabobeña, produciéndose,
naturalmente, un gran entusiasmo entre los porteños, pues -decía el periodista- «era la primera vez que un
automóvil atravesaba las calles de
Puerto Cabello».
Después que El Cabito se marchó,
a principios de septiembre, el automóvil emprendió su recorrido hacia Barquisimeto. Parte en vapor y parte
sobre los rieles del ferrocarril inaugurado en 1877.
En la travesía el vehículo pasó por
diversas poblaciones causando, por
supuesto, gran asombro. En Tucacas,
por ejemplo, al desembarcarlo y hacerlo circular, la llegada «fue de grande
alarma entre sus habitantes, quienes
corrieron a esconderse en sus casas por
temor de aquel Duende encantado. La
policía pretendió poner preso al dueño
del automóvil por haberlo introducido
allí sin previo aviso a los habitantes».
Otros primeros autos
El próximo carro que llegó para
quedarse lo trajo el doctor Alberto
Smith en 1905. Posteriormente llegarían, a fines de ese año, tres automóviles más: el de John Boulton, el de un
señor de nombre Antonio y el del óptico Constancio Vanzina, el cual fue
bautizado por los mamadores de gallo
como El Pobre Valbuena, pues se accidentaba más que el Mozo de la Zarzuela, personaje de la obra del mismo
nombre que para entonces ocupaba la
atención de los espectadores del Teatro
Caracas. Del fordsito de Vanzina existe una fotografía que le fue hecha en
Chacao el año 1910.
Así, pues, que hasta diciembre de
ese año de 1905, sólo había cinco automóviles en Caracas y seis en total
en Venezuela, con el del comerciante
larense, vehículo, por cierto, que desconocemos a manos de quién fue a
parar una vez que lo embarcaron. Tan
sólo sabemos que fue, como señalamos, enviado a la capital de la República en 1906.
Con la llegada de este automóvil
a Caracas, el parque automotor de la
ciudad se incrementó notablemente;
ahora eran seis, según lo afirmó en
una de sus crónicas el Bachiller Munguía -seudónimo del escritor Juan
José Churión-.
Gómez en la Carretera del Este 1912.
Bugatti 1927, de Antonio
Guzmán Blanco. Lo acompañan
Luis Alberto Olavarría Travieso,
Pedro y Luis Torres Cárdenas.
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