Catorce, no tres
El recordado Carlos Siso Paván,
decía que en 1962 los empresarios, sin
excepción, consideraban una locura la
política orientada a lograr que en cinco años se tendrían carros 100% hechos en el país. «La industria
ensambladora en Venezuela arrancó
con cierta oposición y falta de fe, a pesar del masivo intento por participar
del empeño industrializador» -decía
Siso Paván.
Cuando se pensaba que sólo tres
empresas atenderían la invitación del
gobierno a seguir el ejemplo dado en
1948 por General Motors, se presentaron 13 ó 14 firmas dispuestas a ensamblar aquí. Pero aquellos
embarcados en el proceso, en plena
década de los años 80 sufrían: « primero, la liberación de precios, el cese
del excesivo proteccionismo y después,
la promulgación de los controles más
estrictos».
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Cine bajo las estrellas
En este país fuimos los precursores latinoamericanos en ofrecer cine
bajo las estrellas. En 1949 comenzó a
funcionar el Autocine Los Chaguaramos. Había terreno suficiente en diferentes zonas de Caracas para que
atrevidos empresarios instalaran un
negocio que en los Estados Unidos era
común, pero que acá se desarrolló bastante tarde sobre todo a finales de los
años cincuenta y en particular durante la década siguiente. En la ventanilla
del carro se colgaba la corneta.
En su peculiar estilo, el crítico de
arte y escritor Rubén Monasterios, los
califica entre las «zonas de tolerancia
para el amor; los autocines fueron una
de ellas; florecieron en la década de los
sesenta y después, poco a poco desaparecieron casi todos, quizá, es de suponerse, porque dejaron de servir a su
principal propósito de posibilitar el
erotismo automotor».
Haydeé y negro primero
Durante las administraciones de
los presidentes Raúl Leoni [1965-1969]
y Rafael Caldera [1969-1974], en el
modelaje de políticas para el sector
automotor, saltan a la palestra corrientes proclives a favorecer la tesis de
imponer un carro popular de bajo costo, antecedente del Vehículo Familiar
del reciente cercano. Fueron confrontados por quienes consideran sin sentido hablar de Carro Popular , siendo
el mercado secundario la fuente para
suplir las necesidades de quienes sin
tener cómo adquirir nuevos, con usados se introducen en el mundo del automóvil. Desde el Ministerio de
Fomento, como titular del cargo la
doctora Haydeé Castillo, pautaron la
producción de un par de modelos populares o «para el pueblo». Resultaron
ser el Renault 4 [Renoleta o Haydeé],
furgonetica de cinco puertas, palanca
de cambios en el tablero, y el escarabajo VW bautizado Negro Primero,
motor 1200, supresión de los cromados, otros lujos y accesorios menores.
En 1968 compiten en el mercado a
menos de nueve mil bolívares la unidad
[4,30 bolívares por dólar].
Con los Camaro RS, en 1968 los
bulliciosos setenta ven como los cupé
americanos compactos impactan en
la juventud. Para reforzar su gama,
en 1969 presentaron el Mustang
fastback.
En 1971 Chrysler acompaña al
agresivo Dart GT con el poderoso
Charger R/T con motor Magnum en
un duelo de alto rendimiento en el cual
participaron los Dodge Coronet R/T
440 y los AMC Javelin SST pero la
última palabra la dijo GM de Venezuela cuando, en mayo de 1970, presenta
el legendario Camaro Super Salvaje
con motor Turbo Fire V8 de 300HP y
cambio manual o automático. Lo recuerda con entusiasmo un antiguo
propietario de Camaro: Julián Afonso
Luis, notable historiador del automovilismo.