Automóviles y Caminos 2009 | Page 116

Catorce, no tres El recordado Carlos Siso Paván, decía que en 1962 los empresarios, sin excepción, consideraban una locura la política orientada a lograr que en cinco años se tendrían carros 100% hechos en el país. «La industria ensambladora en Venezuela arrancó con cierta oposición y falta de fe, a pesar del masivo intento por participar del empeño industrializador» -decía Siso Paván. Cuando se pensaba que sólo tres empresas atenderían la invitación del gobierno a seguir el ejemplo dado en 1948 por General Motors, se presentaron 13 ó 14 firmas dispuestas a ensamblar aquí. Pero aquellos embarcados en el proceso, en plena década de los años 80 sufrían: « primero, la liberación de precios, el cese del excesivo proteccionismo y después, la promulgación de los controles más estrictos». 116 Cine bajo las estrellas En este país fuimos los precursores latinoamericanos en ofrecer cine bajo las estrellas. En 1949 comenzó a funcionar el Autocine Los Chaguaramos. Había terreno suficiente en diferentes zonas de Caracas para que atrevidos empresarios instalaran un negocio que en los Estados Unidos era común, pero que acá se desarrolló bastante tarde sobre todo a finales de los años cincuenta y en particular durante la década siguiente. En la ventanilla del carro se colgaba la corneta. En su peculiar estilo, el crítico de arte y escritor Rubén Monasterios, los califica entre las «zonas de tolerancia para el amor; los autocines fueron una de ellas; florecieron en la década de los sesenta y después, poco a poco desaparecieron casi todos, quizá, es de suponerse, porque dejaron de servir a su principal propósito de posibilitar el erotismo automotor». Haydeé y negro primero Durante las administraciones de los presidentes Raúl Leoni [1965-1969] y Rafael Caldera [1969-1974], en el modelaje de políticas para el sector automotor, saltan a la palestra corrientes proclives a favorecer la tesis de imponer un carro popular de bajo costo, antecedente del Vehículo Familiar del reciente cercano. Fueron confrontados por quienes consideran sin sentido hablar de Carro Popular , siendo el mercado secundario la fuente para suplir las necesidades de quienes sin tener cómo adquirir nuevos, con usados se introducen en el mundo del automóvil. Desde el Ministerio de Fomento, como titular del cargo la doctora Haydeé Castillo, pautaron la producción de un par de modelos populares o «para el pueblo». Resultaron ser el Renault 4 [Renoleta o Haydeé], furgonetica de cinco puertas, palanca de cambios en el tablero, y el escarabajo VW bautizado Negro Primero, motor 1200, supresión de los cromados, otros lujos y accesorios menores. En 1968 compiten en el mercado a menos de nueve mil bolívares la unidad [4,30 bolívares por dólar]. Con los Camaro RS, en 1968 los bulliciosos setenta ven como los cupé americanos compactos impactan en la juventud. Para reforzar su gama, en 1969 presentaron el Mustang fastback. En 1971 Chrysler acompaña al agresivo Dart GT con el poderoso Charger R/T con motor Magnum en un duelo de alto rendimiento en el cual participaron los Dodge Coronet R/T 440 y los AMC Javelin SST pero la última palabra la dijo GM de Venezuela cuando, en mayo de 1970, presenta el legendario Camaro Super Salvaje con motor Turbo Fire V8 de 300HP y cambio manual o automático. Lo recuerda con entusiasmo un antiguo propietario de Camaro: Julián Afonso Luis, notable historiador del automovilismo.