Ilustración por: Samantha Santana
arreglados en los dormitorios de las grandes corporaciones. Ante estos golpes de guante blanco y decepciones continuas después de tanta lucha, nos pregunto: Si el poder no está en los espacios públicos, ¿ dónde se encuentra?“[…] reprochar a los políticos“ no representarnos”, no hace sino mantener la nostalgia, además de no decir nada nuevo. Los políticos no están ahí para eso, están ahí para distraernos, ya que el poder está en otra parte”( Comité Invisible, 2015). En su obra Carta a nuestros amigos, Comité no enmarca el poder en las instituciones, congresos o leyes; sino al contrario, declara que estos están vacíos de poder. Para ellxs el poder está en la forma en la que está organizado el mundo, en los mecanismos que nos mueven, nos conectan; pero también nos controlan. Carta a nuestros amigos plantea dos dispositivos de poderes vitales, dos espacios en dónde el poder se mueve: los flujos de recursos y de información. El capital de los bienes y el capital de los datos. Señalan que los tiempos de insurrección ya pasaron y el momento de los bloqueos está aquí. Hacer política y hacer valer la democracia no es buscar a nuestro diputado o diputada, tampoco marchar u ocupar las plazas; sino parar los flujos. Flujos que, gracias a los avisos de privacidad en nuestras redes sociales y a las diversas políticas de gentrificación, se han vuelto privados.
“ La democracia participativa ha tomado forma de cuerpos gritando en la calle, encontrándose en las marchas, haciendo plantones, tomando plazas.”
Foto por: Erika Barajas
Ocupar bloqueándolo todo. Bloquear la información para que sea intransitable o saturarla para que no pueda ser procesada. Cerrar carreteras, flujos comerciales, cuentas bancarias. Ocupar centros comerciales como Punto Sao Paulo o Andares y no espacios simbólicos como la Procuraduría o el Parque Revolución. Tal vez hacer política es empezar a librarnos de los disp ositivos. Tal vez toca desenmarañar los espacios de poder privado y volverlos nuestros. Tal vez así podamos dialogar sin una vigilancia y control constante. O tal vez no, tal vez toca primero encontrarnos, construir de base, usar lo público y olvidarnos de lo privado. Toque lo que toque, nos urge recuperar el mundo común que se nos fue y nos seguimos arrebatando. ▪
Autarquía 15