Psicología
Cuando hablamos de democracia solemos hablar de un ejercicio político. Hablar de democracia en México es hablar de corrupción, políticos vendidos, reformas estructurales que parecen estar pensadas; y muy bien planeadas, para el resquebrajamiento del bien común. Un bien común que debería, en teoría, ser asegurado por la figura protectora del ciudadano: El Estado. En este artículo me gustaría no sólo abordar la democracia como práctica política, sino como espacio que potencializa este ejercicio. Para quien no está familiarizado con las lecturas
que hace la Psicología Social me gustaría empezar construyendo un plano común. Esta rama de la psicología no sólo plantea que“ todo es un constructo social”; sino que además nos da pistas sobre las formas en que las y los individuos construimos la sociedad, y cómo ésta participa en nuestra construcción como sujetos. Las formas, conocidas por la mayoría de las personas amantes de las ciencias sociales, son las siguientes: el lenguaje, las interacciones y en el caso de la Psicología Colectiva: Los Espacios.“ La metáfora del lugar común se inventó en el lugar común sin metáfora; los que inventaron el lugar común del pensamiento construyeron al mismo tiempo el lugar común de la plaza pública”.
( Fernández, 2004) Pablo, en su texto El espíritu de la calle, comienza planteando a la plaza pública como espacio
común. Desde la Antigua Grecia los filósofos y pensadores ocupaban las calles, las plazas; el ágora griega era un espacio abierto en dónde se dialogaba sobre los problemas comunes, dónde se hacía ciudad. Hoy, las plazas públicas siguen teniendo esa representación simbólica. Vamos a marchar al centro, terminamos en Plaza Liberación; inclusive los edificios que representan el poder del Estado se encuentran rodeados de zonas peatonales y plazas públicas. El ascenso de la sociedad civil organizada parece ir acompañado de la toma de los espacios públicos; la democracia participativa ha tomado forma de cuerpos gritando en la calle, encontrándose en las marchas, haciendo plantones, tomando plazas. Las insurrecciones han y siguen habitando el mundo; la primavera árabe y la toma de plazas en el Cairo y Túnez, la toma de calles en Brasil ante los gastos desmesurados por el mundial y las olimpiadas, el movimiento por Ayotzinapa, las manifestaciones estudiantiles en EEUU ante la victoria de Trump durante las elecciones recientes. Parece que nos seguimos empeñando en recuperar lo público sin muchas veces encontrar respuesta. Le pedimos respuestas al Estado mexicano ante la desaparición de tantas y tantas personas, le exigimos reaccionar ante el alto índice de violencia que viven las mujeres, salimos a gritar en contra del gasolinazo; sin embargo, nos quedamos con respuestas vacías, rodeos y cosas buenas que casi no se cuentan pero que cuentan mucho. Aquí me nace
una duda, una interrogante: ¿ No nos estaremos equivocando de escenario? La sociedad civil empeñada por hacer política en la calle y los políticos empeñados por cerrar tratos en lo privado. Nuestros gritos y pancartas se ven silenciados tras el descubrimiento de la cortina de humo; tras las aprobaciones de reformas discutidas en lo privado, tratos millonarios a puerta cerrada, sorteos
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También tenemos que considerar que esta ágora era exclusiva para hombres libres ciudadanos de la polis. Las mujeres y los esclavos no eran considerados ciudadanos.
Autarquía