Discúlpeme el lector si, en este punto, abro el siguiente paréntesis; pues, no siendo nuestro tema central, sí lo es de su interés:“ Maravilloso en verdad fue el cambio operado por la Comuna de París. De aquel París prostituido del Segundo Imperio no quedaba ni rastro … Ya no había cadáveres en el depósito, ni asaltos nocturnos, ni apenas hurtos; por primera vez desde los días de febrero de 1848, se podía transitar seguro por las calles de París, y eso que no había policía de ninguna clase”.
La Comuna de París duró poco más de dos meses, al fin de los cuales fue derrotada por el gobierno francés instalado en Versalles; y por el ejército prusiano. Los sobrevivientes de la Comuna fueron perseguidos, capturados y fusilados en masa. Karl Marx, también perseguido y desterrado, escribía( mientras a lo lejos se oían todavía disparos sueltos):“ Así era. La civilización y la justicia del orden burgués aparecen en todo su esplendor donde quiera que los esclavos y los parias de este orden osan rebelarse contra sus señores. En tales momentos, esa civilización y esa justicia se muestran como lo que son: salvajismo descarado y venganza sin ley”; y agrega:“ El hecho sin precedente de que en la guerra más tremenda de los tiempos modernos, el ejército vencedor y el vencido confraternicen en la matanza común de los asalariados, no representa, como cree Bismark( jefe del ejército prusiano), el aplastamiento definitivo de la nueva sociedad que avanza, sino el desmoronamiento completo de la sociedad burguesa”. 1 He ahí el significado de la Comuna de París para el marxismo: es la demostración empírica de que la auténtica República es posible; pero no bajo la dominación del capitalismo, cuyo fin se avecina. Para Marx, el advenimiento de una nueva sociedad es ineludible y real, y esta sentencia es científica. La sociedad, como la naturaleza, responde a leyes universales y objetivas; sólo que las leyes sociales son de carácter económico e histórico. Las leyes del desarrollo social, son cognoscibles científicamente, y muestran que la evolución de la humanidad se dirige hacia la construcción de una sociedad sin clases sociales, la sociedad comunista. La Comuna de París representa el primer intento de la humanidad, para establecerla. Bajo su égida, el ser humano alcanzará su libertad, y se extinguirá la contraposición entre el interés individual y el interés social: no en favor de éste último, como se impone en la moderna sociedad capitalista; sino en favor de la verdadera individualidad, es decir, en la formación de una individualidad completa y diversa, y no mermada como ocurre en la actualidad. El papel del individuo en la sociedad actual, entonces, debe responder a ese conocimiento científico del desarrollo social. El ser humano debe procurar su propia libertad, la realización de una sociedad sin clases, en la cual pueda desarrollar con plenitud todas sus facultades. Por eso llamó a los asalariados del mundo a luchar por el advenimiento del comunismo; por eso llamó cobardía a la limitada pretensión de cambiar uno mismo, cuando esta pretensión suplanta el ideal de cambiar las circunstancias que nos rodean.
Una vez reducida por el exterminio la Comuna de París, se restableció en el poder a Luis Bonaparte, y Prusia obligó a Francia a obsequiarle los territorios de Alsacia y Lorena, así como al pago de una indemnización deshonrosa. La burguesía prusiana y la francesa, habían vencido a la Comuna de París y a su Guardia Nacional; pero no vencieron a los comunistas. A partir de ese momento, la burguesía de todos los países se preparaba para combatirlos, y ocurrió en todos los terrenos: en elecciones, en el establecimiento de leyes contra los comunistas, en lo militar y hasta en lo filosófico. Es éste último el que ahora nos interesa.
En el aspecto filosófico, se buscó imponer el pensamiento de los vencedores, y arrojar al olvido o al simple desconocimiento la doctrina marxista; lo cual, como se sabe, no fue bien logrado, y de ello nos dan cuenta diversos acontecimientos históricos de aquella época y posteriores. Contra el racionalismo que muy bien asumió Marx, se pusieron en boga el irracionalismo, representado principalmente por Schopenhauer; y la filosofía pesimista, de Hartman. Ambos influyeron en el pensamiento de Nietzsche.
“ Las leyes del desarrollo social, son cognoscibles científicamente, y muestran que la evolución de la humanidad se dirige hacia la construcción de una sociedad sin clases sociales, la sociedad comunista.”
Para Nietzsche, no hay un mundo verdadero y, por tanto, todas las formas en que nos representamos ese mundo – por ejemplo, los conceptos o las categorías lógicas –, también son falsas; son irracionales por naturaleza. En cambio, Marx sostiene que los conceptos y las categorías lógicas, son representaciones que se acercan al conocimiento del mundo real, conforme la ciencia y la tecnología lo permiten. Para Nietzsche, procurar un mundo más justo donde el individuo sea libre, es suplantado por las“ cuestiones eternas” acerca del sentido de la vida, y propugna por que no se convierta al hombre en un ser rígidamente racional; de ahí el falso dilema que propone:“ la razón o la vida”, que resuelve en favor de una voluntad irracional, como la intuición o los instintos. En los años en que Marx fundamentó científica e irrefutablemente la ineluctabilidad de la muerte del capitalismo, la ineluctabilidad del poder del proletariado, Nietzsche predicaba con la rabia de un fanático enfermo y aterrorizado la legalidad del poder de la“ bestia rubia”; es decir, la legalidad del poder del Estado. ▪
Jorge Palafox
Autarquía 15