Autarquía Número Diez | Page 11

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Fotografía por: Mauricio Díaz manera que no de aquella. Si alguna esquirla de realidad subsiste aquí, tendría que subsistir en la misma medida en que subsiste en la literatura. Pero sostener la tesis contraria de la que presenta Tarkovski, concibiendo al cine como pura expresión lingüística, es justamente sostener también el valor del cine como valor en sí mismo. Decir que el cine es lenguaje no es decir que es concepto, es algo más, es decir que el cine en tanto que lenguaje, en tanto que narrativización de una experiencia, es símbolo. El símbolo, según como lo entiende Paul Ricoeur, es lo susceptible de decirse de muchas maneras; es un elemento escindido, puesto que contiene un discurso predominante y un discurso subversivo; es la“ estructura intencional del doble sentido” 2. La experiencia cinematográfica, en cuanto que expresa un lenguaje, se da así como experiencia simbólica ― lo que en el psicoanálisis correspondería a la experiencia onírica ―. Es la misma ambigüedad del símbolo, su no agotarse en ningún decir, lo que lo vuelve correlato de la interpretación; el símbolo, por ser tal, se da a la interpretación; lo que hace al símbolo es su posibilidad de ser interpretado de muchas maneras. Es aquí donde el cine escapa a la dictadura del decir, al totalitarismo de los discursos que intentan aprehenderlo y validarlo en elementos extrínsecos. Hablar de la experiencia cinematográfica como experiencia simbólica, es hablar de la no univocidad de dicha experiencia. Es hablar del cine como una metáfora que escapa a todo rigor lógico, a todo discurso definitorio. Defender al cine no implica decirlo, no implica decir para qué sirve o qué es, defender al cine como experiencia que se me da, es mostrarlo como lenguaje equívoco, es mostrar que se puede decir de muchas maneras, es mostrar que su valor le es intrínseco e inefable, misterioso e irreductible, lúgubre y sublime; y que ningún criterio estético, que ninguna interpretación con pretensiones totalizantes puede agotarlo, puede empujarlo a este otro mundo donde, algunos dicen, las cosas se ven claras y distintas. ▪
Irving Josaphat Montes
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