Autarquía Número siete | Page 18

Política Los Revueltas, ¿una familia atípica de México? 18 Autarquía mente, nos ofrece su visión de esa es- tirpe a la que ella, junto con Silvestre (el más que reconocido músico), Fer- mín (el muy significativo pintor, pero desconocido) y José (tan reconocido como icono por la izquierda, pero cuya obra casi no es leída y fue hasta repudiada; ello por más de algún diz- que militante de izquierda). ¿La marginación fue el sino de los Re- vueltas? Es algo que todavía merece una explicación exhaustiva y creíble, a estas alturas; más allá de la mera psicología y sociología, para rehacer- la desde la historia y la cultura en el sentido más materialista. ¿Cómo empieza su historia Rosaura Revueltas? Evocando el comportamiento de Sil- vestre ante la muerte de su madre, doña Romana, quien deseó de mane- ra profunda, al parecer, que sus hijos fueran artistas; mujer sensible que lle- gó a escribir algunos poemas. ¿Cómo es que ese sueño se cumplió?, ello aparte de que la vida de los Re- vueltas no deja de tener rasgos trági- cos. ¿De dónde les viene? ¿De los pro pios “complejos familiares” (Jacques Lacan)?, insertos, finalmente, en la hi- storia de nuestro país sumido en un proceso de grandes cambios, la revo- lución, la primera insurrección social del siglo XX. Rosaura intentó, en cierta medida, ale- jar a José de cierta militancia; segura- mente por todo lo que su mamá y ella como hermana sufrían por la causa de su hermano. No se nos olvide que fue preso siendo casi un niño y que, en esa condición, padeció “los muros de agua” en tanto fue remitido a las Islas Marías; experiencia que le motivó a escribir su primera novela: Los muros de agua. Tampoco podemos olvidar que la ex- periencia carcelaria fue algo que Pepe Revueltas padeció prácticamente toda su vida, al grado que su literatura ha sido considerada como la de una “on- tología carcelaria” (Rodrigo García de la Sienra); cuestión que está más que jugada en su última novela, El apan- do, llevada al cine de manera magis- tral por Felipe Cazals y que forma parte del cine mexicano, para orgullo nuestro. Bien, Rosaura estructura su narración, cuyo inicio contempla a los padres y los abuelos a partir de Silvestre; para Quiero retomar un libro de hace algu- nos años como pre-texto para reflexio- nar y problematizar la constitución y la identidad de una familia no sé si atí- pica y también atópica, y que, como tal, logra formar, en su seno, no obs- tante no pertenecer a una clase culta, cuatro de los más grandes artistas de México; estoy hablando de los Re- vueltas, tanto de la familia como del texto que habla de dicho clan y que lleva por título, precisamente, Los Re- vueltas y que nos narra sobre esa sin- gular familia a la que perteneció José Revueltas, uno de nuestros más gran- des escritores, militantes y teóricos de la izquierda mexicana. Me valdré de ese ejemplar (hasta cierto punto) y de otros, así como de los es- critos del propio José Revueltas, para pensar el asunto de la identidad nacio- nal del mexicano, no desde una pers- pectiva psicológica sino, más bien, histórica y cultural, que nos lleve a comprender, un poco, cómo es que fue posible un grupo como los Revueltas y, al mismo tiempo, cómo es que, en el caso particular de José, éste rompe con los cánones de la escolarización y con los límites del “nacionalismo revolucionario” (como sinónimo de lo nacional) para insertarse en una lógica otra, sin por ello desconocer al México profundo (Guillermo Bonfil Batalla): la del internacionalismo revoluciona- rio comunista-marxista; aunque desde una perspectiva herética, cabalmente, cuestión que se constata en su obra li- teraria y también teórica y política, y que hizo de él un extraño militante del marxismo. Seguiré para ello, como ya dije, en parte solamente, esa especie de bio- grafía familiar, escrita a manera de testimonio, por Rosaura Revueltas, la cual fue publicada por la Editorial Grijalbo, allá por el año de 1979; con el que la afamada pero discriminada actriz, poco conocida, lamentable-