RETORNO DE LO MISMO
Poco a poco surge un grito de ambas partes: el
mito de Monchito vs Frida, el edificio Nuevo
León y la escuela de niños, los derrumbes con
gente adentro y el “ya no hay nadie”. Espec-
táculo donde un reportero aparece indignado
porque una persona que llevaba 4 días debajo
de los escombros usa el tiempo televisivo para
pedir agua, no para “dar esperanza”. Y la gente
grita desde: “¿Qué culpa tenemos del temblor?”
hasta “de aquí no me muevo hasta que salgan
vivos”, o “Agrédanos pero a todos”. Vemos la
“Fuente Ovejuna” mexicana salir a defender lo
poco que aún no le arrebatan: la propia vida.
Ni en el 85 ni en el 2017, ambos en sus dieci-
nueves, se dio un “asalto místico al monte de la
solidaridad”, ni se perturbó el rumbo del capi-
talismo, pero sí, por unas semanas, se negaron
valores de la ideología del individualismo; ¿qué
otra cosa podría ser el hecho de miles de perso-
nas arriesgando su vida por desconocidos?
Ahora se emiten melodías de desesperanza: se
acrecienta la desilusión y el desencanto. Lo más
importante ha acontecido, y una comunidad
aprovechó al máximo la infrecuente oportuni-
dad de existir de golpe, de verificar el avance de
sus poderes.
Esto nos exige abrir una pregunta: ¿esa comuni-
dad es una sociedad civil? ¿Qué es la sociedad
civil? ¿Una parte del Estado, la zona de la auto-
nomía ciudadana o el vocablo que desplaza a la
palabra pueblo –al ligar ella a una masa incapaz
e ignorante?
Sea cual sea la respuesta se nos exige, como un
centro unificador de la reflexión, la memoria.
Los asesinatos de la Procuraduría intensifican
las posiciones éticas al convertirse en una espe-
cie de agresión político-moral a la ciudadanía:
al ascender a primera plana el puño en alto, el
respeto a la vida humana, lo policiaco revela su
condición de extensión de la clase política.
¿Hasta dónde el eterno retorno se deslinda en
nuestra actualidad? ¿Hasta dónde, como so-
ciedad, asimilamos la memoria de dos épocas?
¿Estamos en espera de una nueva secuela?
Como diría María Zambrano: “¿y quién es uno
para dictaminar el reino de las causalidades?”. ▪
Ilustración por: julieta Alvarado
Natalia Ulloa
Autarquía
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