Autarquía Cuarto número | Page 18

Política
“ América no es Europa , ni la Gran Colombia es Francia , ni yo soy Napoleón ” 1 Simón Bolívar .
Se nos exige ser libres . La libertad es la moral a ejercer ; no ser libres es inmoral . Y esta exigencia es monótona , insistente . Eso que los estadounidenses llaman « arte », se nos impone a nosotros cotidianamente como una propaganda que va más allá de lo político ; si en un régimen totalitario se puede hablar de « politización », en el capitalismo voraz hay que hablar de « culturalización ». A un pueblo se le somete políticamente , pero el sometimiento es superficial , vulnerable . Si lo que se quiere es inmunidad ante esta vulnerabilidad , entonces no se debe « someter » sino « dominar »; a un pueblo se le domina culturalmente , esto es : rehaciendo su historia , contándole un relato de sí mismo , vendiéndole una identidad . México no es un pueblo sometido , es un pueblo dominado . Peor : es un pueblo que , a mi parecer , se encuentra en la transición de dos dominaciones distintas , y dicha transición bien podría explicar el Estado fallido que poseemos . Al principio fue el verbo . En efecto , el sometimiento cristiano que después devino culturalización al momento en que el dominante habló por los dominados , impuso el verbo , el logos , el logos cristiano . Para los griegos , el logos es un término polisémico que expresa , principalmente , « palabra » y « razón ». Al filósofo griego el logos le sirve para ver ( ἀλήθεια ) y para aprehender aquello que ve . Esto constituye la superación de la doxa , el brillo primero que ofusca al hombre que recién sale de la caverna . El logos , pues , se le presenta siempre al griego como aquello de lo que tiene que apropiarse si es que desea ver . El hombre tiene que apropiarse del logos y con él develar lo que « está ahí ». Este proceso de apropiación es lo que , incluso , Heidegger denomina « fenomenología »: “ hacer ver desde sí mismo aquello que se muestra , y hacerlo ver tal como se muestra desde sí mismo ” 2 . Pero para el hombre cristiano no es así , el logos posee otra connotación y el hombre debe poseer , también , una actitud distinta ante el logos . El verbo cristiano es “ El verbo ” por antonomasia . Jesús representa la encarnación del verbo , del logos . Dios crea a través del verbo . El verbo se presenta , entonces , como mediación entre el creador y lo creado . Pero el hombre , como creatura , no puede suprimir esta mediación que lo separa de Dios , del absoluto , a partir de la comprensión del logos . En el cristianismo , la comunión del hombre con Dios no se da en la apropiación del logos , sino en una sumisión a él , al verbo que es « El verbo », a la palabra de Dios que es « La palabra ». El verbo cristiano no exige comprensión , sino sumisión . Al indígena no se le invita a abrazar la fe cristiana , se le obliga .
El conquistador le ofrece al indígena una disyuntiva a modo de falsa libertad : “ la espada o la cruz ”. Aquí no hay decisión porque a la decisión le es inherente una tendencia hacia algo que se quiere ; no es que el indígena « quiera » la cruz , es que « no-quiere » la espada . Así , pues , la disyuntiva es , de hecho , un imperativo : sé cristiano . Pero la historia de México -que siendo un poco arriesgado podría extrapolarla a eso que hoy llamamos Latinoaméricano es la historia de todo el continente americano . La América sajona cuenta otra historia , una historia cuyos supuestos cosmovisionales se expandirán luego por el mundo a modo de películas hollywoodenses . Si el cristianismo de la Europa del sur exigía un ciego acatamiento del logos , el protestantismo que se desarrolla en Europa del norte exhorta , como en Grecia , a una apropiación de éste . Lutero hace la diferencia . Lutero es a la cultura occidental actual lo que Prometeo es a la mitología griega ; Prometeo le entrega a los hombres el fuego , Lutero la palabra . La historia no es una secuencia de hechos necesarios , pero es fácil reconocer que de la traducción luterana de la biblia para garantizar su comprensión y su libre interpretación , al desarrollo del concepto de “ individuo ” sobre el que se asentará el protestantismo y el contractualismo de los filósofos de la escuela de Oxford , sólo habrá que dar un paso . Al hombre protestante ya no se le exige « sumisión » ante un verbo que tiene por mediación la iglesia católica apostólica romana , sino « libertad », libertad de interpretación , de apropiación del verbo . El europeo del sur , incluidas sus colonias en américa , es un « insularius », término que se utilizaba para designar a un inquilino de una casa , es decir , es un inquilino en el mundo ; el europeo del norte , incluidas también sus colonias americanas , es un « individuo », dueño de su casa , su casa que es el mundo , el « Orbis Terrarum ». De este modo , mientras en el mundo cristiano nos encontramos ante un « salvacionismo » ( el hombre que se aferra al logos , al logos que no comprende , esperando ser salvado ), en el mundo protestante lo que opera como supuesto cosmovisional es el « decisionismo ». El hombre cristiano debe de acatar el logos ; el hombre que está dentro de un paradigma protestante debe de ser libre . No puede haber república ahí donde no se obedece dicho imperativo ; el estado republicano es la suma de voluntades individuales . Esto es la democracia . No hay democracia si no hay hombres que asuman su libertad ; al menos este es el cuento .
1
Leopoldo Zea , Discurso desde la marginación y la barbarie , Anthropos : 1988 , p . 124 .
2
Martin Heidegger , Ser y tiempo , Trotta , Madrid , 2014 , p . 35 .
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