Autarquía Cuarto número | Page 10

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“ Es duro vivir en un mundo sin describir, tienes que intentarlo para ver a qué se parece.
Es como carecer de identidad”-Krzysztof Kieslowski.
Una vez fui a la conferencia impartida por un director de cine en mi ciudad natal. La premisa de la conferencia era simple: ustedes pueden tener todo el talento del mundo, pero lo que los hará verdaderamente directores no es eso, sino su terquedad. Después de haber estudiado cine, y de revisar la biografía de varios de mis grandes ídolos, cada vez creo más que ese hombre tenía razón. Krzysztof Kieslowski, uno de los más grandes creadores de la historia del cine, terminó en el séptimo arte más bien por una combinación de casualidad y esta terquedad sobrenatural que caracteriza a los directores. Él quería dedicarse a ser director teatral, pero, en la Polonia de su época, para estudiar esa licenciatura requerían tener primero otra; por eso optó por estudiar cine, puesto que ello no se alejaba demasiado de lo que quería e incluso le podría dar otra perspectiva cuando ya se enfrentase a su verdadera profesión. La cuestión fue que lo quiso hacer en una escuela que estaba destinada a obtener un rango legendario, la Escuela Nacional de Cine de Łódź( lugar donde también se formaron Wajda, Skolimowski, Zanussi o Polanski): hizo el examen de admisión y lo reprobó. Lo hizo de nuevo y volvió a fracasar. No fue sino hasta la tercera vez que consiguió entrar. Para ese punto,“ ya se había vuelto una cuestión de honor”. Ambas cosas, el estudiar ahí y la manera en la que entró, lo marcarían de por vida. ¿ Qué es lo que caracteriza el estilo de un gran artista? La pregunta es tan misteriosa, tan compleja, que tal vez nunca terminaríamos de responderla; sin embargo podríamos decir, como principio, que sus obsesiones.
Foto por: Inés Gutierrez
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