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Chon murió y nadie le lloró …
el relato
Cuando
Gerardo Bárcenas. encontraron a Chon, los médicos le dieron como mínimo un par de semanas de vida, traía una desnutrición, desde hace años menguaba su fuerza vital, algunas veces ya lo habían atendido, pero sabían que esta podría ser la última; nadie se acongojó por ello.“ Chon” ni siquiera era su nombre, así lo habían nombrado, tal vez queriendo hacer referencia a la encarnación, pues no debe haber mucha diferencia entre nacer en una cueva, vivir como cualquier otro, morir clavado en una cruz despojado de todo, pasar toda la vida en la calle comiendo sólo lo que uno se encuentra, durmiendo donde se pueda, y terminando por agonizar en un hospital público del tercer mundo. Chon impactaba con sólo verlo, se le podían contar todos y cada uno de los huesos, una pequeña capa de piel llena de cicatrices los cubría. ¿ Heridas de batalla? No, heridas de una vida dura, de oportunidades fracasadas, de desprecio humano, heridas con raíces profundas; si esa carne hablara, nos contaría la experiencia de vivir la violencia de quienes han ganado en el mundo, la crueldad de la caridad aséptica que no es capaz de dar la mano.
6 Autarquía