La escuela debe ser para todos, es decir, que todo alumno sean cuales fueran sus características o sus necesidades educativas especiales, debe ser incluido en las escuelas ordinarias ya que no basta con que se produzcan cambios en el vocabulario si no que el cambio se produzca en el pensamiento y en las actitudes y esto se traduzca a nuevos planteamientos de solidaridad, igualad y una convivencia democrática.
El profesor suele ser un elemento facilitador del aprendizaje y de conocimientos que te llevan al desarrollo de las competencias, debe brindar apoyo, debe buscar las necesidades de inclusión plena y llegar a conocer al alumno para así tener un clima armónico dentro de su clase ya que es el responsable, por eso se debe tener un apoyo continuo a los profesores en sus aulas y romper el aislamiento profesional. La educación formal que se recibe en las instituciones inclusivas, deben ver a todos los alumnos como capaces de aprender y honrar todos los tipos de diversidad como una oportunidad para aprender sobre lo que nos hace humanos, existen escuelas de diferente contexto donde los estudiantes, padres y profesores no establecen amistad ni compromisos entre ellos, dándose un aumento de problemas con una disminución de logros y metas. Por lo contrario la educación informal es la que reciben los niños dentro de su familia, en las actividades que realizan.
Una propuesta educativa es que la inclusión asume la convivencia y el aprendizaje en grupo es la mejor forma de beneficiar a todos, no solo a los niños etiquetados como diferentes. Y así mismo es tarea sustantiva de la escuela promover entre los estudiantes el reconocimiento de la pluralidad y un espacio donde se pueda practicar y apreciar como un aspecto de vida cotidiana y de enriquecimiento para todos.
Autor: Cecilia Mariel Alcántar Rafael