IDENTIDAD | IDENTITY 57
RECONCILIACIÓN
Bello era el atardecer, donde sentí a mi corazón caer. El día que me enteré de que eras un sueño que no alcancé.
Tristes eran los días vacíos y sin dirección, las horas pasaban calladas, sin que mis amigas sean testigos de mi desolación.
Cruel era el destino, que jugó sus cartas sin avisar, y un día, entre miradas perdidas, te volví a encontrar.
Cada encuentro nos hacía más fuertes, como raíces buscando el sol, y lo que antes fue un sueño roto, hoy es refugio para el corazón.
Reconstruimos con manos temblorosas lo que una vez dejamos caer, esta vez, más fuertes, más sabios, sin miedo a volvernos a perder.
CARLOTTA PAPPALARDO