Arte Scoprire 1er Volúmen | Page 112

tener un valor espiritual hacia mis obras, si no…

De pronto suena mi despertador, desperté de ese hermoso sueño, pero me levanté con mucho entusiasmo, así que fui al cuarto de mi mamá y le pedí que me comprara unos pinceles, me dijo que eso estaría perfecto, con la concisión que lo use y no los abandoné como los regalos anteriores, después de esa noticia me emocioné y corrí como loco por toda la casa, creo que le di un beso a mi perro.

Nunca imaginé que en el mundo del arte, al analizarlo me haría querer entrar en él, la verdad es que me alegra, lo que paso. Fui a comprar todo lo necesario para poder desarrollar esta hermosa emoción y talento, quería sentirme feliz que al hacer un cuadro alguien lo viera y sintiera lo mismo que yo, poder trasmitirle a las personas felicidad. Mi mamá y yo fuimos a buscar clases de pintura en algún lugar, fuimos a la casa de la cultura, ofrecían clases baratas y se veían bastante bien y la verdad que con hacer arte me conformaba, estábamos ahí inscribiéndome cuando la señorita me pregunto el ¿Por qué me interesaba la pintura? A lo que le dije que se me hacía tan hermosa y apasionante que no podía evitar hacer algo así algún día, me sonrió, al parecer se quedó satisfecha con esa respuesta torpe que le di por los nervios, mi primer día de clases lo soñaba y anhelaba tanto, que comenzaría a hacer obras maravillosas junto con mis compañeros y profesor y así mismo hacer que más gente experimentará lo mismo que yo y así ir formando