Argumentos Socialistas Nº 3 Noviembre - Diciembre 2013 | Page 30
prioridades de una sola confesión, ni menos aún que esta cumpla de facto o
implícitamente el papel de confesión oficial. Esta es la única política “inevitable” y
necesaria para afianzar la laicidad constitucional del Estado.
Cada confesión, creencia o grupo filosófico, religioso, o vinculado a una moral particular,
siempre que renuncie a lograr una “hegemonía en la sociedad civil” que sería
considerada como una pretensión invasiva de sus doctrinas sobre el resto de la
ciudadanía, puede y debe, como los restantes grupos y colectivos hacer aportaciones
para el logro de la convivencia, la solidaridad, el progreso y la paz social de la comunidad
política Algo que debe ser valorado positivamente y aceptado como valiosa contribución.
Pero esto no debe significar que gocen de una superior jerarquía pública o protección en
razón a la creencia que profesen, ni que la religión sea un plus para lograr una mayor
influencia sobre la sociedad civil y la política .Del mismo modo, el PSOE, tanto por lo que
se refiere a su laicidad interior como a la definición de su propuestas y programas
electorales y de gobierno tampoco debe dejar de escuchar todas las voces plurales. Pero
debe ser muy cuidadoso para preservar en su interior y en su actuación pública la
autonomía y la independencia mutua que debe existir entre la esfera de lo político y
el mundo de lo religioso, evitando inclinarse hacia alianzas trasversales o paralelas
con grupas específicamente confesionales, católicos, no católicos o ateos, que le
sitúen ante el riesgo de confundir fines y medios y romper uno de lo elementos
sustanciales de la laicidad que es la separación entre lo confesional y lo político, en
términos de poder vertical o de coalición doctrinal o programática tanto en el ámbito de la
actividad pública del partido, como en la laicidad interna que corresponde a una formación
política laica.
Afortunadamente en nuestro país, y por decisión incluso de la propia Iglesia desde la
época taranconiana, existe la oposición -al menos teórica- a la existencia de un
partido confesionalmente receptor del
“voto
católico”;
posición
reafirmada
recientemente por el Papa Francisco, que en
declaraciones del 1 de octubre de 2013 al
diario italiano La Republica, manifestó que la
política es una actividad civil autónoma y
separada de la religión; un principio de
laicidad expresado por el máximo responsable
de la Iglesia Católica, que ya se ?,:??&??V?6?F??FW2ff?"FV?W7FF???6??6???v&?FRFR??&W'FB&V?v??6?FR7&VV?6?2?<:?VW2???6RFV&RWF???"??VW7G&??V?6??V?6??6WF?FR( ?f?F?6L;6?6?( ??VW7F?VR??W26??6?FW&F?6???F?? ??&???v?W6?6L;6?6???6?V?W&W2V??f?&?R?V??F?&V66?????V?VR6?W2Wf?FV?FP?VR?6?&?V?V?FR?"&???W2VR??6??6?????W7V<:?f?6?V?FR&V?v??62?V6??0?6L;6?6?2FV?v?V???6??6?;6?f?F"???&?F&??V?FR???V?W&F????&?F&??V?FP?3 ???