Argumentos Socialistas Nº 3 Noviembre - Diciembre 2013 | Page 20
A FONDO
LA EDUCACIÓN ¿DERECHO O NEGOCIO?
Mario Salvatierra Saru
Diputado de la Comunidad de Madrid
¿Qué clase derecho es el derecho a la educación? Recientemente nos hemos enterado
que en Grecia el gobierno de Samarás había pactado con la Troika (FMI, BCE y Comisión
Europea) un "plan de movilidad" para los empleados públicos. Un eufemismo más para
evitar nombrar la realidad: reducción de plantilla. Se trata de que 25.000 empleados
públicos recibirán el 75% de su salario mientras no encuentren un nuevo trabajo y si en
ocho meses no lo encuentran, serán despedidos. Se arguye que la medida, aunque
dolorosa, es para superar la crisis económica del país y, sin embargo, este acuerdo ha
provocado el cierre de la Universidad Nacional y Copodistriana de Atenas (con 125.000
estudiantes y 2000 profesores) y de la Universidad Politécnica de Atenas. ¿Cierran las
universidades para "superar" la crisis? ¿Socavan el futuro de generaciones enteras para
pagarle a una banca depredadora?
Cuando uno lee estas noticias acaba preguntándose: ¿de qué estamos hablando? No es
ya que la educación esté subordinada a la economía, como ocurrirá en España, en caso
de aprobarse, con la LOMCE, sino algo más grave todavía: inmolar la educación y el
futuro de las nuevas generaciones al becerro del oro.
Andamos dando tumbos ante un capitalismo rampante. Marchamos a toda velocidad del
Estado de bienestar al malestar social, de la justicia social a la beneficencia. Es una vuelta
de tuercas a la primera mitad del siglo pasado con agravante de que, en la actualidad, la
izquierda europea se columpia entre la crispación y la frustración sin tener una respuesta
global y creíble.
Mientras tanto, se afianza el dogma neoliberal: los
derechos sociales (sanidad, educación...) son
secundarios, esto es, de inferior rango a los
derechos civiles y políticos (derecho de propiedad,
libertad de expresión, etc.). Si aceptamos esta
jerarquización de los derechos (vieja pretensión del
liberalismo económico y político), tendremos que asumir, por ejemplo, que el derecho a la
educación es subalterno, de segundo orden, supeditado al de propiedad. En un excelente
Los derechos sociales son
postergados, e incluso lo
es el Estado en orden a
hacerlos efectivos
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