A FONDO
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LAS GRAN DES ALTERNATIVAS EN LA POLÍTICA ESPAÑOLA
LA ALTERNATIVA LIBERAL Y SUS OPCIONES
Esteban Villarejo
En la escena política española parecen existir dos grandes alternativas, y cada una de ellas se subdivide en otras. La primera de las dos grandes se funda en el Liberalismo económico, y tiene tres concreciones principales: dos de ell as corresponden a las grandes a las del PP: una más liberal y otra más populista. La tercera corresponde al ala del PSOE que se califica a sí misma como“ Radicalism o reformista”.
Esas tres concreciones comparten criterios importantes. De hecho, entienden que existen tres derechos primarios e indiscutibles en materia económica. Uno de ellos es el derecho de propiedad, que se ejerce en forma casi absoluta tanto en bienes de consumo como de producción, y también sobre el suelo y recursos naturales. Otro derecho que se admite sin trabas y con muy pocas cargas, es el de sucesión. Y otro, el de iniciativa empresarial e intercambio. Esos derechos conducen a una concentración progresiva en la acumulación de capital, pues además está gravado con unas cargas fiscales mínimas. El resto de los derechos económicos y sociales, se entienden como algo más o menos deseable, pero no pueden dotarse de fuerza jurídica aunque estén reconocidos en la Constitución. De he cho, su efectividad es casi imposible s i se da prioridad a los derechos anteriores. En cuanto a esos, son tan incontestables que ni siquiera requieren reconocimiento constitucional.
La propiedad, entendida en ese sentido tan absoluto, decide la producción, y ésta determina de manera sustancial la distribución. Existe cierta actividad redistributiva por parte del Estado; ahora bien, muy reducida y peculiar, pues los ingresos fiscales descansan esencialmente en los impuestos al consumo y al trabajo. Los relativos al capital y sociedades, son mínimos, debido a la razón( imperativa para el Liberalismo) de que si se gravaran de forma significativa, los capitales huirían a países más atractivos desde el punto de vista fiscal. Esa razón también parece pesar en contra de una lucha decidida contra el fraude fiscal, que procede esencialmente de capitales, empresas y p rofesionales.
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