Argumentos Socialistas Nº 0 MAYO 2013 | Page 16

A fondo
Es un enorme desafío que determinará toda una etapa histórica. El siglo XX podrá ser visto como el fracaso del socialismo( y directa o indirectamente el triunfo del capitalismo) o bien como una experiencia frustrada de una sociedad alternativa. Sin embargo, este siglo XXI que tan convulsamente estamos iniciando puede pasar a la historia como el del gran estallido revolucionaria que marcó el inicio del largo camino de construcción del socialismo. Esto no es solo una cuestión de convicción moral sino que será obra de las luchas sociales, de la autoorganización de los trabajadores y clases populares y de la capacidad para elaborar objetivos emancipatorios crít icos con lo existente y capaces de c rear de una esperanza que puede ser posible. Esto dependió y dependerá siempre de las personas, de las clases y de la voluntad creadora.
El Socialismo español organizado, desde su fundación, siempre tuvo un Programa Máximo, breve pero muy claro, decantándose a favor de una sociedad sin clases, es decir sin explotados y explotadores y p or la propiedad social de los medios de producción y de c onsumo. Para lo cual y ante la lucha de clases existente, era imprescindible lograr el poder político de la clase obrera.
Desde 1879 hasta el presente, este Programa Máximo ha seguido contenido en los papeles del PSOE. Sin embargo, en sus Congresos celebrados a partir de la transición, una vez legalizado y en la vida pública el PSOE, jamás se ha tenido en cuenta, ni se ha elaborado una estrategia tendente a lograr una articulación práctica del tránsito hacia el Socialismo. Al contrario, la gran ola de privatizaciones se inicia con Felipe González y sus Gobiernos, de forma que Aznar, no tiene sino que continuar la tarea y completarla, en cuanto a sectores industriales, de comunicación y bancarios se refiere. Delenda est la propiedad pública de los medios de producción y de servicios; y en este sent ido, un p artido llamado socialista y otro conservador y liberal, son ampliamente coincidentes. Ni siquiera en los servicios esenciales en puridad existen diferencias irreconciliables.
Por esta razón, hablar de Programa Máximo exige el máximo respeto por el mismo, y trazar una hoja de ruta para alcanzarlo. Aunque sea a medio o largo plazo. Eso es lo que podemos definir como tener proyecto: tener valores e ideas. Es proponer un nuevo camino diferente del orden burgués. Un proyecto de futuro distinto, que nos hace aspirar a algo más que a gestionar de forma diferente el sistema capitalista, del cual abominamos; es decir, proponer a la sociedad nuestra solución: la sociedad socialista, la democra cia to tal, que incluye la propiedad común y el reparto real de la riqueza. La igualdad, no solo de género, sino sin dominados y dominadores a la que los y las socialistas aspiramos.
Para trazar ese tránsito, es absolutamente imprescindible un estado social fuerte, una banca pú blica, unos servicios públicos, unos pilares del estado del bienestar y unos s ectores estratégicos y energéticos públicos, junto a un desarrollado y potente sector de
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