El cartero de Neruda
de Rock Hudson y Doris Day en el rotativo, y deshizo las horas siguientes
espiando las piernas de las colegialas en la plaza o bajando cervezas en
la fuente de soda. Fue a procurar el compadrazgo del telegrafista, mas
éste estaba arengando al personal con un discursito acerca de cómo
ganar la batalla de la producción, y, tras dos bostezos, se fue de vuelta
a la caleta. En vez de entrar a la hostería, se dirigió a la casa de su padre.
Don José puso una botella de vino en la mesa, y le dijo «cuéntame». Un
vaso fue apurado por los hombres, y ya el padre aceleró su diagnóstico:
-Tienes que buscarte un trabajo, hijo.
Si bien la voluntad de Mario no daba para semejante epopeya, la montaña vino a Mahoma. El gobierno de la Unidad Popular hizo sentir su
presencia en la pequeña caleta, cuando la dirección de Turismo elaboró
un plan de vacaciones para los trabajadores de una fábrica textil en
Santiago. Un cierto compañero Rodríguez, geólogo y geógrafo, de lengua
y ojos encendidos, se hizo presente en la hostería con una propuesta a
la viuda González. ¿Esta