La boda tuvo lugar dos meses después -expresión del telegrafista- de
que se hubiera abierto el marcador. Rosa viuda de González, tallada en
maternal perspicacia no pasó por alto que las lides, a partir de la regocijada inauguración del campeonato, empezaban a tener lugar en
enfrentamientos matutinos, diurnos y nocturnos. La palidez del cartero
se acentuó y no precisamente por los resfríos, de los cuales