Dos días más tarde, un afanoso camión cubierto por afiches con la
imagen del vate que rezaban «Neruda, presidente» llegó a secuestrarlo de
su refugio. El poeta resumió la impresión en su diario: «La vida política
vino como un trueno a sacarme de mis trabajos. La multitud humana ha
sido para mí la lección de mi vida. Pue