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tipo de cirugías tiene como objetivo reducir o dejar de producir testosterona, suele recomendarse
en casos de atrofia y para mantener de por vida el tratamiento hormonal. Para “orquiectomía total”
se realiza la incisión en la zona inguinal del lado del testículo a extirpar o de ambos, en cambio
para la “orquiectomía subalbuginea” sólo se produce un corte en la piel escrotal, por lo que el
postoperatorio suele ser más corto, de entre uno y tres días, pudiendo seguir posteriormente un
control ambulatorio. Estas intervenciones se llevan a cabo con anestesia regional, general o local.
3- Remoción de aceites industriales: su propósito es remover los aceites industriales, limpiando y desinfectando la zona para colocar siliconas estériles y antialérgicas. Es muy importante tener
en cuenta que esta operación puede ser más peligrosa que tener los aceites, especialmente cuando esta sustancia está alojada en zonas cerca de huesos, tendones o ligamentos, entre otras áreas.
Por eso, en la mayoría de los casos no se recomienda la intervención –ya que el aceite puede estar
alojado en diversas partes del cuerpo y se vuelve muy difícil y riesgosa su remoción total- pero sí
se estipulan los controles periódicos de las zonas afectadas.
4- Mamoplastía en aumento: permite aumentar el tamaño del pecho a partir de la colocación
de implantes. La técnica más habitual consiste en realizar un pequeño corte, colocar la silicona por
debajo del pezón y cerrar la herida. Dependiendo de la persona, esta operación suele durar dos
horas, por lo que generalmente no se vuelve necesario quedar internada. Si se cumplen con las
indicaciones médicas, el postoperatorio en general se extiende por unos días.
5- Tiroplastía remodelativa: esta intervención tiene como objetivo reducir la “manzana” o
“nuez de Adán”. A través de una mínima incisión que generalmente el cirujano hace coincidir con
un pliegue o arruga del cuello para disimular la futura cicatriz, se corta y lima el exceso de cartílago
para disminuir su relieve. Puede realizarse con anestesia local o general. Dependiendo del organismo de cadx unx, la operación generalmente dura una hora. En el postoperatorio se cubre con una
gasa la incisión los primeros dos o tres días; durante la semana inicial, que puede extenderse a diez
días, pueden presentarse ardor y algunas dificultades para tragar y hablar, que algunxs describen
como similares a las anginas. Aunque como todo procedimiento quirúrgico presenta riesgos, en
manos de un cirujano calificado es poco probable que esta intervención presente complicaciones.
Una reducción excesiva puede debilitar la estructura de la laringe y alterar de manera permanente
la calidad de la voz. Raramente pueden presentarse reacciones adversas a la anestesia, infecciones
(que son raras si se toman los antibióticos respetando las dosis y los horarios indicados por lxs médicxs), cicatriz hipertrófica que suelen relacionarse con rasgos hereditarios, reducción temporaria
en la capacidad de alcanzar altas frecuencias al cantar y/o daño en áreas circundantes como las
cuerdas vocales o el nervio laríngeo.
Las personas trans que hayan decidido someterse a alguna de estas intervenciones deben
hacerlo siempre junto con lx cirujanx y su equipo médico que deberán sugerir las técnicas más
adecuadas para cada unx, atendiendo siempre a nuestras características físicas, nuestro historial
médico y, sobre todo, a nuestros deseos claramente expresados. Es importante ser conscientes de
que los cambios obtenidos mediante estas técnicas quirúrgicas no son reversibles y que la utilización de anestesia, como en toda cirugía que la requiera, implica riesgo de vida. Además, como en
todas las prácticas de este tipo, sus resultados dependerán del organismo y evolución particular
de cada persona. En caso de realizarse alguna intervención que suponga la extirpación de los
testículos es importante realizarse periódicamente “densitometrías óseas”, que son exámenes para
chequear la densidad de los huesos, para evitar que se genere o controlar una osteoporosis. Los
estrógenos y andrógenos son imprescindibles para la producción de los huesos, siendo la primera
la hormona principal que retarda la pérdida de materia ósea. Por eso, generalmente, después de
este tipo de intervenciones el tratamiento hormonal se vuelve obligatorio de por vida.
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