Aportes para Pensar la Salud de Personas Trans.pdf | Page 26
después de la sanción de la Ley de Identidad de Género, no son meramente incorrectos u obsoletos
sino directamente ilegales. En este sentido, sería fundamental facilitar becas de investigación y otros
modos de financiamiento gubernamental para producir esta evaluación y transformación curricular
e institucional, especialmente en las facultades de psicología y medicina, incidiendo de modo más
permanente en la enseñanza de grado. Por su parte, los colegios o consejos profesionales (de aquellas profesiones ligadas a la salud) deben involucrarse y comprometerse como actores claves para
garantizar el derecho a la salud de las personas trans. No sólo podrán detectar y sancionar prácticas
que vulneren derechos y sean contrarias a la ética profesional sino que deben tener un rol activo en
la promoción de marcos regulatorios que atiendan especialmente el bienestar y la salud de las personas trans. Una acción concreta en esta dirección sería impulsar la revisión de sus códigos de ética
para evaluar omisiones que necesiten subsanarse.
Fomentar becas de investigación específicas y/o diversos modos de financiamiento
estatal para focalizar los múltiples aspectos desde los que se puede trabajar la temática trans en las diversas disciplinas y lograr generar e incrementar, así, un acervo de
conocimientos que se aparte de los cánones patologizantes y que hasta ahora ha sido
vedado y/o invisibilizado. En este sentido, cabe recordar, por ejemplo, la nula investigación que hay
sobre los efectos de la hormonación a largo plazo, la falta de capacitación médica para llevar a cabo
intervenciones quirúrgicas genitales y protocolos de hormonación después de años de prohibición
sobre esta materia o la casi absoluta ausencia de estadísticas y de información pública que hay en
general sobre nuestra comunidad, lo que impide por su parte el desarrollo y planificación de políticas públicas adecuadas para nuestro colectivo. La financiación permitirá multiplicar los equipos
especializados e interdisciplinarios y formar nuevxs profesionales orientadxs en la temática, además
de permitir, en la medida en la que se vaya profundizando en las investigaciones, mejorar desde los
insumos hasta los protocolos de cirugía y hormonación, entre otras necesidades del colectivo.
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Es importante que tanto los ministerios públicos como las instituciones de salud
empiecen a recoger datos sobre la salud de las personas trans para poder diseñar
y mejorar las políticas públicas existentes. En ese sentido, es fundamental que el
Estado ofrezca los recursos y financiamiento para que se pueda efectivizar la transformación institucional.
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Capacitarse para comunicar adecuadamente los efectos secundarios que pueden tener los tratamientos hormonales y las cirugías. Desde diversas organizaciones hemos
constatado que muchas veces las personas trans no están correctamente informadas
sobre los procedimientos médicos que se les realizan ni sobre sus posibles consecuencias. La Ley de Identidad de Género establece la necesidad de que el consentimiento sea informado.
Para cumplir este requisito, el compromiso del sistema de salud se vuelve de vital importancia.
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Crear espacios dentro del sistema de salud para generar buenas prácticas en relación
con las personas trans que están internadas. No aconsejamos designar salas especiales
sino, por el contrario, integrar a las personas trans con lxs demás pacientes sin permitir ni
fomentar tratos discriminatorios. En este sentido es importante tener presente que si la
institución sostiene una división de los pabellones o salas de internación por género, las personas trans
deben siempre ser internadas en los que corresponda a su género autopercibido. Entre otros motivos,
para evitar los abusos sexuales y violaciones que vienen siendo históricamente denunciados por nuestro
colectivo y el recurrente “abandono de persona” que se práctica en diversas unidades hospitalarias en
relación con lxs pacientes trans con VIH o enfermedades crónicas que, en muchos casos, dejan de recibir
una atención adecuada al ser apartadas y abandonadas sin asistencia. Las organizaciones LGTBQ nos proponemos para trabajar conjuntamente con las instituciones para generar talleres y espacios de reflexión y
concientización que permitan mejorar las prácticas en un sentido verdaderamente antidiscriminatorio.
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Para evitar la discriminación por parte de otrxs pacientes, familiares y/o acompañantes,
recomendamos llevar adelante una charla previa, con el consentimiento informado de la
persona trans, para avisar que se compartirá la habitación y ofrecer la información necesaria para lograr que se derriben los prejuicios, si los hubiera, o para dejar en claro que la
institución por ley no permitirá ningún tipo de discriminación o maltrato.
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