1 – La gastronomía en el centro de la atención
Cada sociedad cuenta con un amplio bagaje de tradiciones y costumbres y el turismo se vale de ellas para atraer a los visitantes interesados en diferentes manifestaciones culturales que se observan tanto en el ámbito urbano como en el rural . Para que algún elemento de una cultura sea considerado patrimonio debe ser previamente activado , es decir , debe ser considerado como tal por un agente social interesado en proponer una versión de la identidad y conseguir adhesiones para la misma . Las diversas activaciones de determinados referentes patrimoniales son representaciones simbólicas de estas versiones de la identidad debido a que no es solamente algo que se lleva dentro y se siente sino que también es necesario expresar públicamente ( Prats 1997 : 31 ).
La gastronomía en tanto patrimonio local está siendo unida a los nuevos productos turísticos orientados a determinados nichos de mercado y permite incorporar a las personas de la localidad contribuyendo así a la sostenibilidad . Sin embargo , es importante considerar que muchos turistas no se sienten particularmente motivados por la cultura además de que puede existir una falta de interés por probar platos locales , principalmente cuando lo que se ofrece es algo totalmente desconocido , generando una gran desconfianza y temor a alguna descompensación física .
El paladar juega un rol preponderante en la aceptación de un plato , dado que en el principio de la civilización éste era el que indicaba posibles riesgos de envenenamiento para quien lo consumiera . El gusto es el principal regulador de este intercambio entre el cuerpo y el entorno pudiendo ser su función repetitiva y nutritiva durante la vida cotidiana pero aumenta su importancia en las frecuentemente novedosas , desacostumbradas y extrañas situaciones en las que el turista se encuentra durante el viaje . Por lo tanto , alimentos y bebidas desconocidas representan un riesgo potencial .
Los turistas están más preocupados por una descompostura del estómago que por problemas más profundos como el contenido de sustancias químicas en sus alimentos debido a que no desean bajo ninguna circunstancia que algún problema de salud afecte su experiencia recreativa . Estos temores también son potenciados por recomendaciones del médico , guías turísticas , familiares y amigos ( Cohen & Avieli , 2004 : 761 ).
Un tema que es particularmente preocupante es la calidad del agua , no sólo para beber sino también en lo que respecta al consumo de frutas y verduras que deben ser previamente lavadas y que un problema muy común es la diarrea que recibe diferentes nombres como venganza de Moctezuma ( México ) o venganza de los Faraones ( Egipto ). Otro aspecto preocupante para los turistas es el aspecto indefinido de muchos platos , lo que desde sus propias ópticas no se ajustan a cánones de estética culinaria y que lleva a preguntarse qué es esto y cómo se come . A esto se suman reflexiones respecto a la higiene en la cocina durante el proceso de preparación de los platos .
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