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Gastronomía y turismo – Destinos con sal y pimienta
Es posible afirmar que un turista mal comido es un turista insatisfecho. De hecho, la comida constituye con frecuencia un referente permanente en la memoria cuando se trata de recordar las experiencias de viajes alejados en el tiempo […] Bajo esta perspectiva, en la actualidad el correcto funcionamiento de la oferta gastronómica – o más exactamente de la restauración en su conjunto- es un factor necesario pero no suficiente para el éxito de un destino turístico( Torres Bernier, 2003: 306-304)
Pero fue la introducción por parte de UNESCO del concepto de patrimonio intangible lo que le dio el gran espaldarazo a la gastronomía y su relación con el turismo ya que éste se basa en el patrimonio para la conformación de la mayoría de sus productos turísticos. UNESCO define al patrimonio intangible como:
… el conjunto de formas de cultura tradicional y popular o folclórica es decir, las obras colectivas que emanan de una cultura y se basan en la tradición. Estas tradiciones se transmiten oralmente o mediante gestos y se modifican con el transcurso del tiempo a través de un proceso de recreación colectiva. Se incluyen en ellas las tradiciones orales, las costumbres, las lenguas, la música, los bailes, los rituales, las fiestas, la medicina tradicional y la farmacopea, las artes culinarias y todas las habilidades especiales relacionadas con los aspectos materiales de la cultura, tales como las herramientas y el hábitat( UNESCO en Schlüter, 2006: 51).
Donde la gastronomía comenzó a ejercer gran fuerza fue en el turismo, tanto en la elaboración de productos turísticos, como souvenir, medio de promoción de un destino o como en el incentivo de introducción de productos no tradicionales en áreas periféricas para incentivar al desarrollo local mediante su venta a turistas.
LA GASTRONOMÍA COMO PATRIMONIO INTANGIBLE
A partir de la declaratoria de patrimonio intangible la gastronomía se convirtió en una estrella bibliográfica con la publicación de una enorme cantidad de libros que van desde noveles hasta publicaciones – con particular énfasis en las recetas de la abuela-, descripciones de países a través de su gastronomía y verdaderas guías turísticas de un país en función de sus comidas tradicionales. Los hay en formato“ bolsillo” fácil para que cualquier turista lo transporte como la Cocina Argentina de Fendrik( 2010) hasta la gran sofisticación del libro de la conocida gastrónoma argentina Dolli Irigoyen( Irigoyen, 2014) que en más de 400 páginas describe al país por regiones en función de su producción y elaboración de platos. Prácticamente no hay ciudad importante que no tenga un evento relacionado con la gastronomía, los pequeños pueblos rurales tratan de captar turistas con sus principales platos y las redes sociales explotan con la cantidad de información que brindan sobre el tema.
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