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6 – Rescate y recalificación de un plato típico para el turismo en una cittaslow
principios de sustentabilidad y valoración local, son vistos como proyectos heterodoxos del turismo.
En la perspectiva alternativa existe un esfuerzo( innovador) por ubicar a los actores en un lugar de cooperación con el desarrollo local endógeno, característica peculiar de la visión heterodoxa, sumado a las novedades aportadas por la filosofía slow, lo que da origen al proyecto slow city o cittaslow. Ésta surge en 1999 a partir del Congreso Mundial de slow food en Orvieto, Italia. Estaban presentes en esa ocasión los prefectos de Greve in Chianti( Paolo Saturnini), de Bra( Francesco Guida), de Orvieto( Stefano Cimicchi) y de Positano( Domenico Marrone). Ellos buscaban responder a la inquietud, principalmente de Paolo Saturnini, de entender cómo una ciudad turística de reducida población puede recibir cada vez más turistas sin perder su identidad y sus valores culturales, compartiendo conocimientos y haciendo una distribución a nivel local de los beneficios económicos( Mendonça & Macoppi, 2014). Esta propuesta fue posteriormente articulada con las prácticas de slow food, siendo uno de los principales inductores del desarrollo local articulado con iniciativas de turismo gastronómico slow( Pereiro & Conde, 2005).
De esa manera, se asignó como término para aplicar los fundamentos del slow food a los territorios el de cittaslow, que propone a partir del protagonismo de la comunidad mejorar la calidad de vida local a partir de acciones sustentables vinculadas al turismo, la cultura, la gastronomía local, el territorio y el medio ambiente, entre otros.
Para que una ciudad sea certificada como una cittaslow, inicialmente el gobierno local deberá convocar a la población residente en su territorio, directamente o por medio de sus representantes comunitarios o parlamentarios, para apoyar al gobernante en la candidatura de la ciudad mediante un documento a ser enviado a la sede de la red internacional cittaslow. Este documento de candidatura indicará si la ciudad atiende de modo satisfactorio los lineamientos o requisitos de una cittaslow. Ninguna ciudad necesita reunir todos los requisitos de inmediato, pero deberá demostrar en ese documento la forma como pretende alcanzar los objetivos que inicialmente la ciudad no atiende o que los posee incipientemente. En este sentido, conforme Ekinci( 2014) la certificación de una ciudad cittaslow se basa en seis criterios fundamentales: a) Políticas ambientales; b) Políticas de infraestructura; c) Aumentar la calidad del tejido urbano; d) Conmemoración y promoción de la producción local y de los productos locales; e) Comunidad y hospitalidad; y f) Sensibilización y comprensión de la cittaslow. Pueden incorporarse en la filosofía cittaslow las ciudades con menos de 50.000 habitantes, y las ciudades mayores pueden ser ciudades colaboradoras. Mientras que las personas pueden ser amigas del proyecto cittaslow.
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