—¿El crecimiento fue apoyado por la AACCP?
—Si, por supuesto que la AACCP siempre estu-
vo presente en el crecimiento. Desde ayudar en
la organización de las exposiciones hasta lograr
un mejor trato con los caballos, desde que capa-
citamos a la gente para cuidarlos desde cuando
nacen, hasta la paciencia en la época de la doma y
todos fuimos aprendiendo cómo realizar este tra-
bajo apasionante.
—¿Qué valor le aportó la genética de buena ca-
lidad al crecimiento?
—Cuando agregamos genéticas, se agrega glóbu-
los rojos, potencia y caballos con mejor carácter
para jugar al polo. Eso fue lo que hizo que en ma-
teria prima pudiéramos levantar el nivel. La gené-
tica nos ayudó a todos. A los domadores, a los pi-
lotos y por supuesto también a los criadores. Son
muchos los factores que a través de la genética se
fueron mejorando.
—Matías, fuiste jugador profesional pero deci-
diste frenar el polo y dedicarte a la cría ¿fue la
pasión por los caballos que te llevó a esa de-
cisión?
—Yo siempre digo, hay dos clases de jugadores,
el muy habilidoso que en mi época no necesitaba
tanta boca o mi caso, que no era tan habilidoso
que necesitaba buena boca en el caballo. Con
el tiempo, haciendo mucho hincapié en la rienda
del caballo, fui incorporando técnicas americanas
para ir mejorando la boca del caballo. En un mo-
mento me di cuenta que me gustaba más enseñar-
le al caballo a jugar al polo que jugar yo. Por eso,
con Federico armamos una temporada de invierno
en el club donde le enseñamos a los caballos a
jugar al polo.
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Santiago Ballester
“En Tucumán tienen
pasión para hacer las
cosas”
—En mi caso fue en el 2006 la primera vez que
vine a visitar las crías de Tucumán y de ahí en ade-
lante lo que más me sorprende es la impronta de
los criadores por seguir criando porque ninguno
nació criador sino que se fueron haciendo. No-
sotros desde la AACCP podemos acompañarlos,
pero ellos crecen por su esfuerzo.
Federico Pasquini
“Matías se capacitó
mucho y se dedicó
a perfeccionarse”
—Matías en la zona fue un tipo clave. El viene del
polo profesional y fue evolucionando con el paso
de los años. Toda su familia viene de jugar al polo
y eso nos ayudó para organizarnos. Él se fue intro-
duciendo en la cría de caballos y resultó ser un es-
pecialista gracias a su vocación. Para mi es uno de
los mejores montadores que he visto. Se capacitó,
se dedicó a perfeccionarse y nos ayudó mucho en
la hechura de los caballos de Polo.