Gastón Laulhé, Tomás Fernández Llanos, Juanpi Harriet y Claudio Pérez
principio y la primer montada es muy tranquila y lo hacemos siempre con la misma embocadura para luego ir probando cuál le queda más cómoda a cada yegua. Siempre empezamos todo muy tranquilo, siempre es por derecho y revoleamos un poco el taco. Nos metemos en el picadero con dos o tres personas para que se empiecen a cruzar. Y siempre les damos órdenes claras, que creo que es lo importante. Nosotros domamos a los tres años.
Claudio Pérez
Mi experiencia la comencé con el Gordo( Héctor) Barrantes y después pasé a trabajar en Ellerstina. Para mí, si entendemos lo que hace el domador, hay que tratar de seguir sus formas. Me gusta trabajar mucho los caballos, pero creo que por repetición los caballos aprenden. Y así es como yo aprendí y después fuimos mejorando las cosas. Con el tiempo, la doma fue evolucionando y hoy los caballos son más mansos, no sé si es más fácil.
Me gusta trabajarlos, me gusta revolear el taco, y usar picadero o corral medio chico donde poder trabajar, o pechar con otro y que no se asuste, así se siente lo más dócil posible. Esa es un poco mi experiencia. Si te entregan un caballo bien domado y después no funciona, lo más probable es que el error esté en ese cambio. No es lo mismo para los caballos, porque si agarrás uno que fue domado a box, el caballo es más tranquilo, en cambio si se domó a campo, es un poco más arisco a los cambios y hay que tener un poco más de paciencia. Con todos los domadores que me entregaron caballos, no tuve malas experiencias. Hoy hay muchos caballos de polo. Hoy en el lugar donde trabajo a todos los caballos se le da más tiempo. Había una época que los teníamos que apretar muy nuevos y si bien eran grandes caballos, no tenían la chance de estar dos años haciéndose … como ahora.
Lo que sí creo que es bueno es que ya desde el día uno el caballo arranque a jugar al polo. El problema está en la velocidad. Yo siempre tuve mucho carácter con los caballos, pero para eso
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