Romeo César – Antígona y el retorno de la Esfinge
Hago esta última aclaración porque en realidad el carácter nefasto o afortunado en el encuentro con los daimones( y la Esfinge era uno de ellos) dependía de la forma en que se entraba en contacto con ellos y se los trataba. No obstante, entre la época de los relatos homéricos y las tragedias de Esquilo( época denominada“ arcaica” por los estudiosos y situada entre los siglos VII y V) los daimones, que siguieron desempeñando un papel importante en la creencia popular, se hicieron más persistentes, más insidiosos, más siniestros, más malignos, más temidos( Dodds, o. c., 51). Eurípides que podía ser“ arcaico” cuando lo creía necesario( lo mismo Sófocles), participaba, según parece, de esta visión negativa.
Ahora, si aceptamos la propuesta de Jean-Joseph Goux, el mito que relata el encuentro de Edipo con la Esfinge, un triunfo que lleva al desastre, añade un problema: se trataría de un mito anómalo. Registra una desviación respecto de los mitos“ regulares” insertos en ritos de pasaje a la masculinidad o a la investidura real. Estos son mitos relativos al destino y el deseo masculino, y presentan una estructura similar. Estructura de la que el relato de Edipo se aparta de una forma perturbadoramente llamativa con consecuencias trágicas para su protagonista.
El monomito Siguiendo una sugerencia de Joseph Campbell( a su vez inspirado en Joyce), Goux denomina monomito a una especie de protomito del que son versiones ejemplares conocidas las narraciones
Siempre que alguien tiene una idea especialmente brillante, o especialmente necia; cuando alguien reconoce de repente la identidad de una persona o ve en un relámpago la significación de un presagio; cuando recuerda lo que podría haber olvidado u olvida lo que debería haber recordado, él, o algún otro, suele ver en ello, si hemos de tomar literalmente las palabras, una intervención psíquica de alguno de esos anónimos seres sobrenaturales”.
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