ANDREA VICTORIA CANO
Siempre Felipe su hijo insistía en el por qué “Los Extras” no querían
contactarse con él, o por qué no se lo llevaban a él, pensaba que su
profesión de Técnico tendría algo que ver, pero la realidad de todo es
que cuando Felipe estaba en la escuela estudiando electrónica un día
llaman a su madre a una reunión, de la reunión participaban ingenieros y
profesores, lo que Rosalía de inmediato pensó que no era para nada
bueno.
Cuál no sería su sorpresa cuando le dicen que no lo envíe más a la
Técnica, y ella asombrada indaga el por qué, a lo que ellos respondieron:
"Su hijo no precisa que le enseñen, él aprende sólo" , Rosalía
perturbada y confundida pensó que el problema era su comportamiento y
que por eso lo estaban expulsando de la escuela.
"¿A escuchado usted hablar de los niños prodigios?" retomaron
nuevamente la palabra los profesores, a lo que Rosalía respondió : "No
me digan que es un niño prodigio porque me empiezo a reír de
ahora hasta mañana. Bueno, empiece desde ahora, intervienen los
profesores, porque sí lo es, pero no se lo debe decir a nadie,
podría perderlo, déjelo crecer normalmente, no gaste dinero
inútilmente".
Rosalía desesperada pensaba que iba a hacer y empezó a leer el diario
y vio que pronto comenzaría un curso de Licenciado en Relaciones
Publicas, inmediatamente informó a Felipe con el recorte del diario
todavía en su mano, Felipe la toma de los hombros y le dice: "Vení
vieja, vení, séntate aquí, que vamos a hablar, decime, ¿vos, te
volviste loca?, ¡cómo voy a ir, a ese curso!, ¿no ves, que dice:
Para alumnos, con bachillerato?". Rosalía le contesto: "Y a vos que
te importa, vos vas y te anotás y chau" Fue y se anotó, y su
sorpresa fue tal, que concurrían desde profesionales, empresarios,
alumnos con bachillerato, Felipe era el más chico y el único que sabía, el
que levantaba la mano, el que daba respuestas. A lo que Felipe solo
pudo decir: "Vieja, ¿Cómo sabías, que yo sabía?".
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